Jesús Rueda es el único jugador de la plantilla que ha disputado todos los minutos posibles en los dieciséis partidos de la temporada.

Nada menos que 1.440 minutos. Una cifra que se dice rápido pero que Jesús Rueda ha tardado en alcanzar dieciséis partidos de la presente temporada, y eso sin contar los tiempos añadidos que bien podrían hacerle llegar hasta los 1.500. El canterano extremeño se trata sin duda de uno de los intocables de Juan Ignacio Martínez, el único que ha jugado absolutamente todo –quince partidos de Liga y uno de Copa- partiendo siempre de inicio y sin ser nunca sustituido.
Hace apenas una semana, con el partido copero frente al Rayo Vallecano en el horizonte, había quien pensaba que JIM aprovecharía el asalto para dar una oportunidad a los menos habituales e incluso a miembros de la segunda plantilla del Real Valladolid. Nada más lejos de la realidad. Solo dos canteranos en el once, y bastante consolidados en el primer equipo como son Baraja y el propio Rueda.
De esta manera se confirmaba la estadística. El central no descansaba y, con Jaime en la portería en el lugar de Mariño, se quedaba como único jugador que ha disputado hasta el último segundo en la presente campaña.
No hay más que echar un ojo al año pasado para ver lo atípico de esta situación, donde después de quince jornadas apenas superaba los 1.150 minutos de actividad, habiendo además un partido añadido en el calendario de vuelta de la primera ronda de Copa.
No hace falta explicarle a cualquier aficionado del Pucela que Rueda se está convirtiendo –si es que no lo es ya- en uno de los pesos pesados del vestuario. Tras abrirse paso desde los Anexos, a sus veintiséis años se ha consolidado como un central del que echan mano todos los entrenadores que pasan por el banquillo blanquivioleta y continúa quemando etapas para ser un jugador que marque época en el Real Valladolid.
Doble interpretación
En todo caso, el hecho de que el central haya estado presente en todas las alineaciones puede interpretarse de otra manera. Lo cierto es que Miroslav Djukic no se cortaba nunca a la hora de intercambiar centrales, con Sereno como alternativa, en cuanto Valiente o Rueda no le terminaban de convencer.
Este curso, por desgracia, no hay alternativa más allá de la que pueda conseguirse con Carlos Peña como parche –donde, todo hay que decirlo, siempre ha cumplido-, ya que parece que Heinz no es una opción válida. JIM dejaba caer el pasado viernes que el suizo dominicano no está defenestrado, pero lo cierto es que a Djukic no le hubiera temblado la mano para quitar a Rueda tras algún fallo como el segundo gol que marcó la Real Sociedad en Zorrilla hace ya poco más de un mes, con un pillo Grizmann aprovechando un despeje defectuoso impropio del central.
El mensaje de esta sobrecarga de partidos para Rueda es claro. JIM confía en él y él en la mayoría de partidos responde, pero también se hace evidente que el Valladolid necesita un recambio en la zaga. Esto tampoco es ningún secreto, Alberto Marcos también lo ha reconocido en varias ocasiones.
En el otro lado de la balanza, la parte positiva también queda a ojos vista. Rueda no tiene ningún problema en jugar todo lo jugable y, mientras las sanciones y las lesiones no digan lo contrario, hay un soldado que peleará hasta el último minuto por la salvación. Después de su renovación hace poco más de un año hasta 2016, parece complicado que la rueda deje de dar vueltas en Valladolid por mucho tiempo.
