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El Real Valladolid empeora la mala racha de JIM

por Sergio Sanz
4 de mayo de 2016

A evitar la trampa tras la debacle copera

El Promesas vuelve a caer a domicilio

La Pizarra de Blanquivioletas | Granada CF

Con cuatro derrotas y dos empates en los últimos seis partidos, supera los tres perdidos y las tres igualadas de la 2013/14

 

Juan Ignacio || Foto: Raquel Gómez
Juan Ignacio Martínez || Foto: Raquel Gómez

Con la vista puesta hacia abajo, el Real Valladolid afronta el tramo final de la temporada con un objetivo totalmente diferente al inicial. El ascenso parece una utopía y, aunque las matemáticas puedan dar esperanza, las sensaciones no invitan al optimismo; sobre todo después de la mala racha que acumula el conjunto blanquivioleta.

El Pucela lleva sin saborear un triunfo desde el diecinueve de marzo, cuando se impuso a la UE Llagostera por tres goles a cero. Aquel día no se hizo padre, sino que empezó un retroceso en el tiempo, como si de Benjamin Button se tratara. Los jugadores han terminado con la poca madurez que les quedaba y ahora deben recuperarla para evitar disgustos mayores.

Pero la situación es complicada, ya que, después de empatar –de aquella manera– ante el CD Lugo, ha ampliado a seis las jornadas consecutivas sin ganar. Con cuatro derrotas y dos empates, el conjunto blanquivioleta ha sumado solo dos de los últimos dieciocho puntos, lo que le ha llevado a estar más cerca del descenso que del play-off.

La racha es mala, incluso peor que la obtenida por Juan Ignacio Martínez en la temporada 2013/14. En ella estuvo también seis encuentros consecutivos sin vencer, pero logró un empate más y una derrota menos –tres puntos de dieciocho–. De hecho, lo hizo dos veces; aunque en la otra alcanzó cuatro igualadas y perdió en dos ocasiones –cuatro unidades de dieciocho–.

En aquella campaña, el equipo de JIM consiguió siete victorias y quince empates –el que más tablas firmó–, por los que obtuvo un total de 36 puntos que le llevaron directamente a Segunda División. Una categoría de plata en la que parece que, salvo milagro, el Real Valladolid estará el próximo curso. Con el ascenso casi imposible, el Pucela debe centrarse en sumar cuanto antes para sellar una permanencia que se está complicando demasiado.

Y es que, de no ser así, de seguir con la racha de jornadas sin conocer la victoria, el conjunto blanquivioleta igualaría la de la temporada 2010/11. En esa ocasión fueron siete los partidos consecutivos en los que el Real Valladolid no ganó —cinco derrotas y dos empates–. El inicio de ese camino supuso la destitución de Antonio Gómez, Torres Gómez se hizo de puente en un encuentro y Abel Resino llegó para meter al Pucela en play-off.

Por lo tanto, una derrota en Mendizorroza ante el Alavés calcaría los números de hace cinco cursos, un empate ‘solo’ igualaría la racha negativa y una victoria la cortaría para dejarla en seis partidos seguidos sin vencer. Más allá del objetivo de la permanencia, Alberto López tiene ante sí el extraño reto de zanjar la pésima dinámica. Quién lo diría, Pucela.

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