Moyano, Borja y Deivid alentaron a los suyos antes y durante el partido frente al Lorca, reafirmando su mensaje de hace apenas una semana

La Real Academia Española define la fe, en una de sus acepciones, como ‘palabra que se da o promesa que se hace a alguien con cierta solemnidad o publicidad’. Esa fe es la misma que pidieron los capitanes del Real Valladolid a su afición tras la derrota ante el Albacete; la misma que, en los prolegómenos del choque frente al Lorca, trataron de trasladar a sus compañeros.
Moyano, Borja y Deivid ejercieron como lo que son, la cabeza visible de un barco que necesita los esfuerzos de todos para no hundirse. No es casualidad que los tres formaran de inicio este sábado, reforzando sobre el césped la creencia de que la mala racha se iba a cortar de raíz.
Quizás es pronto para saber si esta victoria será o no la primera de muchas, pero ya ha servido para algo. No solo por los puntos, que innegablemente eran importantes, sino para demostrar que la plantilla esta unida. Si ellos creen, la afición también.
Las palabras que se han dicho durante esta semana permanecerán en secreto, aunque uno pueda hacerse una idea de por dónde han ido los tiros. Las que no lo harán serán las que los tres capitanes dirigieron a sus compañeros minutos antes de volver a pisar el césped del José Zorrilla.
“Hay que ser fuertes, vamos a salir a por todas”, alentaron Borja y Deivid. Más contundente fue Moyano: “Ahora vamos a salir y vamos a hacer un corro. Si nos tenemos que llamar hijos de puta lo hacemos, pero luego vamos a por todas“, exclamó el lateral.
Pese a los ánimos, la primera parte dejó muchas dudas en cuanto a juego, por lo que las arengas volvieron a repetirse antes de la reanudación. Tanto es así que el resto de los integrantes de la plantilla se contagiaron de ese espíritu de lucha. Así, Masip se fue a buscar a Toni con el único propósito de alentar al canterano para que anotara un gol. Porque, ante las adversidades, la única respuesta es seguir creyendo.
