Se marcha una de las artífices del ascenso, protagonista en la banda derecha del Saso en las dos últimas temporadas

Desde que se produjo el parón del curso en el José Luis Saso no dejan de producirse novedades. La mayoría han sido positivas, pero otras que han provocado más de un daño al aficionado del CD Parquesol. Este domingo se ha producido la última, la que supone la cuarta baja para la próxima temporada. Si la de Barbi supuso un varapalo la de Yarima Font, que ha confirmado en sus redes sociales que no seguirá en la entidad naranja, tres cuartos de lo mismo.
La noticia es tan negativa como sorprendente, pues desde el principio se produjo una conexión brillante entre la extremo y Rubén Jiménez, al igual que con el resto del equipo. Puede que le costara entrar en dinámica al principio, pero en cuanto su primera temporada de naranja –la última en Segunda– comenzó a avanzar, se vio rápidamente lo que Yarima podía ofrecer. Cada una de sus cualidades –desborde, verticalidad, sorpresa y llegada– eran imprescindibles para ayudar al equipo.
Llegaba procedente del Oviedo. Fue uno de los grandes aciertos del Parquesol en el mercado de fichajes. Es cierto que el gol se le resistió, pero ofreció un desequilibrio que en el Saso faltaba, más aún con la baja de Alexia ese mismo verano. Rindió y gustó, y por eso llegó hasta los 1.531 minutos y sus tres tantos contribuyeron al ascenso histórico a la Reto Iberdrola.
Con la mejora de categoría y la llegada del nuevo contexto la competitividad creció, pero aun así ‘Yari’ mantuvo el nivel. Solo se perdió un choque esta temporada y fue titular en dieciséis de los veintidós partidos disputados. Marcó un gol, ante el Friol, que rompió la racha más negativa de los últimos años para el Parquesol Patatas Meléndez.
A sus veintidós años, Yarima deja el Parquesol y trabaja ya en encontrar su próximo equipo, que se conocerá en las próximas semanas. Es la cuarta futbolista, después de Barbi, Isa y Ana, que anuncia su adiós. Y, en el caso de la madrileña, dentro de la evidencia de que su puesto se va a ocupar con otra jugadora –con la posibilidad de ganar o perder con el cambio– lo cierto es que, sí o sí, se echará de menos su desparpajo, su esfuerzo y su felicidad demostrada en el campo.
