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La Pizarra de Blanquivioletas | Real Zaragoza

Una mirada al conjunto dirigido por Gabi, rival de la cuarta jornada de LaLiga Hypermotion para el Real Valladolid en el Ibercaja Estadio

por Miguel Ruiz
4 de septiembre de 2025
Pizarra Zaragoza

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El Real Zaragoza ha pasado por un inicio de temporada que requiere un análisis detenido. Tras tres jornadas en la Liga Hypermotion 25/26, el equipo apenas ha sumado un punto, firma una sola unidad de nueve posibles y se sitúa en la parte baja de la tabla.

Más allá de los resultados, lo que preocupa a la afición y al cuerpo técnico es la falta de consistencia y esa sensación de fragilidad que ha acompañado al equipo desde el primer pitido, tanto en lo táctico como en lo emocional. La idea de juego planteada por Gabi muestra una apuesta por el control desde el medio campo y la posesión, pero el Zaragoza no ha logrado imponerla desde que la temporada comenzó.

Frente a la Real Sociedad B, dominó el balón durante buena parte del encuentro pero no supo transformar esa superioridad en oportunidades claras, algo que le hizo terminar sucumbiendo en esa primera prueba. Una realidad que se repitió contra el Andorra, donde dio la sensación de ir siempre a remolque. La tercera jornada ante el Castellón arrojó un empate agónico que fue un regalo tardío. El Zaragoza saltó al campo con una defensa de cinco por necesidad, pues las bajas en laterales lo impusieron, y resistió durante buena parte del partido gracias al portero Adrián Rodríguez, cuyas intervenciones mantuvieron vivo al equipo.

Gabi Zaragoza
Gabi, entrenador del Real Zaragoza

Un Zaragoza aún con los deberes de convencer

Dentro del funcionamiento colectivo, los errores recurrentes en la salida de balón, la pasividad en la presión inicial y la fragilidad ante contragolpes rivales son tres debilidades que exigen corrección urgente. La falta de un mediocentro ancla que rompa líneas y un extremo que estire el campo han propiciado que los adversarios tomen ventaja pronto y acumulen energía. Zaragoza siempre ha arrancado perdiendo, ha encajado en momentos críticos y le ha faltado capacidad de reacción. Eso no es casualidad: revela una planificación incompleta en el centro del campo y una fragilidad en la zaga que invita a vulnerabilidad estructural.

Pero no todo ha sido gris. Se han visto virtudes físicas, entrega y adaptabilidad defensiva. El repliegue en transición está presente, y el equipo ha respondido con carácter en el tramo final en cada encuentro. También queda claro que el dibujo no es el problema principal, sino la ejecución ofensiva y la falta de chispa creativa en zonas determinantes. Cuando el Zaragoza ha tenido opciones claras ha fallado ante rivales que las han sostenido con más convicción. Esa falta de fiabilidad colectiva es lo que penaliza ahora a un equipo que no puede dejar escapar los primeros puntos.

En cuanto a nombres, Adrián Rodríguez ha emergido como salvador desde el arco, con intervenciones de mérito. En el mediocampo, ningún jugador ha marcado la diferencia ofensivamente, aunque Toni Moya y Francho Serrano han mostrado voluntad de asumir responsabilidades con y sin balón. Arriba, Dani Gómez fue decisivo en Castellón, reflejando que su movilidad y carácter pueden ser útiles si recibe apoyo, así como el joven Bazdar, un perfil que ha ofrecido frescura, pero el Zaragoza sigue necesitando un eje creativo que dé profundidad y un delantero que acelere los espacios.

Esa escasez de dinamismo explica también el mando de los partidos, pues el Real Zaragoza no ha estado ni un minuto por delante en ninguno de los tres encuentros. La deriva del sistema, probando uno en cada duelo, primero en un 1-4-2-3-1, más tarde en 1-4-4-2 y, para acabar, en un 1-5-4-1, muestra la intentona de Gabi de mejorar sus prestaciones a nivel posicional, tratando de equilibrar una defensa que daba poca seguridad.

Sumar solo un empate ante un rival como Castellón, que tuvo más ocasiones y control del juego, es un aviso. Gabi necesita respuestas rápidas. Sus rotaciones han servido para aportar aire, pero lo urgente es encontrar un sistema que prolongue la posesión en campo rival, genere peligro y frene los violentos arreones de los adversarios.

Francho Serrano Zaragoza
Francho Serrano, ante el Espanyol en La Romareda

¿Por qué el Zaragoza podría sorprender al Valladolid?

La tendencia a sufrir del Valladolid cuando se ve obligado a replegarse en exceso es una de las claves que puede tener en cuenta el Zaragoza en el duelo ante el Pucela. Los de Guillermo Almada se sienten más cómodos cuando presionan alto, con líneas adelantadas que limitan el margen del rival y favorecen las recuperaciones rápidas. Sin embargo, cuando el bloque se hunde, el equipo concede espacios en la frontal del área y pierde agresividad en las marcas.

Esa situación ha sido aprovechada por conjuntos como el Córdoba, que durante varios tramos logró instalarse en campo rival con facilidad y generar peligro a partir de segundas jugadas. Para el Real Zaragoza, encontrar vías para atraer ese repliegue puede ser clave: la circulación larga, el uso de los extremos abiertos y la movilidad de los delanteros pueden obligar al Pucela a retroceder, generando un escenario donde sufre más que cuando juega en campo contrario. Uno de los caminos más claros para los aragoneses pasa por aprovechar la versatilidad de sus mediapuntas y la capacidad de los laterales para proyectarse.

El Valladolid no siempre ajusta bien las coberturas cuando sus carrileros son superados, y esa es una ventana que el Zaragoza puede explotar con combinaciones rápidas en las bandas y diagonales al corazón del área. La movilidad de Dani Gómez, sumada al desequilibrio de jugadores como Francho o Valery, puede provocar situaciones de uno contra uno que incomoden a la zaga blanquivioleta.

Además, la presión inteligente sobre el primer pase de Stanko Jurić, clave en la salida pucelana, puede generar pérdidas en zonas delicadas. Ahí el Zaragoza podría castigar con transiciones cortas y finalización veloz. Si el conjunto de Gabi logra prolongar esa sensación de agobio y convierte el encuentro en un ida y vuelta controlado, tendrá más opciones de inclinar la balanza a su favor y de explotar debilidades que el Valladolid aún no ha conseguido corregir en este inicio de temporada.

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