La mala segunda vuelta del conjunto rojiblanco le ha metido en problemas, ya que, por los posibles arrastres, no tiene asegurada la permanencia

El Atlético Tordesillas tendrá que sufrir hasta el final para certificar su presencia en Tercera la próxima temporada. Esto, a finales del 2014, con 32 puntos en el casillero, sonaba a chiste.
Pero ahora la realidad es bien diferente, ya que desde entonces solo han conseguido once más en las diecinueve jornadas siguientes. Los descensos de los equipos de la comunidad en Segunda B producirían arrastres y eso pone en peligro a los rojiblancos.
De luchar por el play off en la primera vuelta a salvar la categoría al término de la segunda. El conjunto dirigido por Jesús Ángel Turiel ha sufrido mucho durante esta campaña. Las bajas han lastrado en demasía al equipo, sobre todo en este 2015, donde no ha podido tener una continuidad para seguir creciendo.
Con el paso de las jornadas, el sueño de finalizar el curso entre los cuatro primeros clasificados se alejaba cada vez más. Atrás quedaban los doce partidos consecutivos sin conocer la derrota que le sirvieron para ser una de las sorpresas de la categoría. El objetivo no era ese, sino mantenerse en Tercera un año más. Su técnico lo dejó claro incluso cuando el camino era de rosas. Primero la salvación y después ya se vería.
En ningún momento Turiel estuvo en una nube. Se mostró siempre con los pies en el suelo y con intención de transmitir esa idea al resto de la plantilla. Su experiencia en el mundo del fútbol es una ventaja en estas situaciones, pero en este mundo no solo hay fútbol. Ahí es donde entra el apartado de lesiones. El Tordesillas se ha visto obligado a subir a juveniles y a fichar para mantener un bloque sólido en el tramo final de temporada. Y cuando las piezas ganadoras del puzzle cambian…
De hecho, la alineación del principio de temporada con la que jugó el pasado fin de semana contra la Cebrereña ha variado bastante. El que no ha perdido su puesto es Farolo, que ha sido importante durante toda la campaña. El bajón en la segunda vuelta también le ha afectado y, a falta de dos jornadas, ha encajado trece goles más que en la primera.

Foto: Rosa M. Martín
Nico y Rafa ya no son los laterales titulares. El último cayó lesionado, arrastró unas molestias a su vuelta y ha desaparecido de las convocatorias. Las bajas de Héctor y Quique también han afectado al equipo, pero lo ha hecho más todavía la de Adalia. El pichichi rojiblanco se rompió contra el Palencia a principios de abril y el Torde solo ha anotado tres goles en los cinco encuentros siguientes que ha disputado sin él.
Turiel ha dado oportunidades a juveniles, como es el caso de Sergio -autor del gol de la victoria frente al Simancas–, pero también ha tenido incorporaciones de fuera del club. Romero se ha asentado en la zaga, ocupando el lateral izquierdo; mientras, Galache y Gonzalo -el último en llegar- aterrizaron en Las Salinas para reforzar el centro del campo y, el primero, para aportar un poco más en ataque.
Todo ello ha mermado el rendimiento del conjunto de la Villa del Tratado. Verse tan cerca de la permanencia también ha podido afectar a las cabezas de los rojiblancos, que se han dejado llevar en demasía. Faltan dos jornadas para el final de temporada y los deberes todavía no están hechos. El colchón que al principio era cómodo ha terminado desinchándose con el paso de la semanas.
Las cuentas
Sin arrastres, el Atlético Tordesillas estaría salvado. La posición de descenso en Segunda B del Astorga y Zamora meten presión a los de Turiel. Esta sería mayor si el Burgos -tres puntos por encima del play out y cuatro de la zona roja- también cayera ahí. Los más fácil para el equipo vallisoletano es que ninguno pierda la categoría.
Si lo hiciera uno, para depender de sí mismo, el Torde tendría que obtener -mínimo- dos puntos. Y si descendiera alguno más debería ganar ambos encuentros. Pero también puede salvarse si la Cebrereña no logra dos triunfos -con un arrastre- o si Cristo Atlético y Burgos Promesas obtienen los mismos resultados que los de Turiel -con dos y/o tres arrastres-.
Para no complicarse la vida, el equipo de la Villa del Tratado tiene que ganar los dos partidos que le quedan. Primero recibirá, este fin de semana, al filial del Numancia y cerrará el curso en el campo del Beroil Bupolsa. El equipo soriano “solo” se juega la segunda posición, mientras que el burgalés afrontará la última jornada sin objetivos por disputar.
