Análisis del próximo rival del Real Valladolid
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Quién se lo iba a decir al destino. Dos equipos capacitados para situarse en la zona noble de la tabla, en horas bajas. Pero muy bajas. Tanto como para que uno se encuentre en plena pugna por colarse en los puestos amarillos, sin resultados. El otro, aunque suene increíble, por no quedar en los rojos. Sí, el escenario no es nada alentador para Real Valladolid y Almería a estas alturas de temporada, y por eso el partido de este domingo se antoja tan fundamental.
Si a cualquier aficionado de uno de los dos equipos le hubieran explicado lo que se iba a encontrar en la jornada 32, probablemente no se lo hubiera creído. O sí. Es lo que tiene la Segunda División, esa magia capaz de meter a un candidato al ascenso directo en la pelea por escapar de la quema a Segunda B. Pero no esto no importará en Zorrilla. Solo llevarse los tres puntos.
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Mejoría insuficiente
Y es que la situación que atraviesa el conjunto andaluz no es precisamente para tirar cohetes una vez transcurridos tres cuartos de campeonato. Decimonoveno en la tabla con treinta y dos puntos, por ahora el rédito es insuficiente para encontrarse fuera de los puestos de descenso. Ni siquiera la última racha de los de Néstor Gorosito -el tercer entrenador en lo que va de temporada- de seis partidos invicto ha servido para reanimar del todo al muerto.
Y eso que la cosa estuvo peor, mucho peor. Los andaluces llevan en ascenso desde la sexta jornada, lo cual se dice pronto, pero es que desde entonces estuvieron nueve semanas no continuadas como colista. Inimaginable para un equipo que hace tan solo unos meses se jugaba el pan en Primera División. La cuestión es que la llegada del argentino ha supuesto una clara andanada de aire fresco.
¿Por qué? Pues porque en trece jornadas, desde el 23 de diciembre en que se largó a Joan Carrillo, habiendo hecho lo propio unas semanas atrás a Sergi Barjuán, el Almería ha ganado cuatro choques, empatado seis y perdido solo tres. Teniendo en cuenta que hasta ese momento también se habían ganado otros tres partidos pero en dieciocho jornadas, no suena tan terrible.
El problema es el de siempre, y que bien entenderán los lectores de Valladolid. Cuando desde el primer momento se han puesto las expectativas altas, duele en el corazón ver cómo el equipo no da la talla y firma partidos de esos en los que dan ganas de irse en el descanso a casa. Bien hay que decir que el club rojiblanco no ha terminado de firmar derrotas estrepitosas, como podría ser el 4-1 del Valladolid en Miranda sin ir más lejos, pero desde luego las sensaciones de juego dejan mucho que desear.
Y es que los partidos del Almería se caracterizan en muchas ocasiones por la igualdad, sobre todo en el marcador. Veintiocho goles a favor y treinta y siete en contra no son buenos números con los que felicitarse, pero tampoco sacan a relucir las vergüenzas más evidentes. De hecho, en el estadio de los Juegos Mediterráneos el balance es de seis victorias, cinco empates y otras cinco derrotas, unos datos de aprobado.
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Madera en el vestuario

Y como podía esperarse de un conjunto recién descendido de la Liga de las estrellas, por jugadores no será. Una economía maltrecha pero holgada para formar lo que se esperaba fuera un equipo de garantías permitió soñar con gestas antes de arrancar la temporada, pero lo cierto es que calidad en el vestuario hay a raudales. Un viejo conocido como Quique, máximo goleador con ocho dianas en el campeonato casero es tan solo un ejemplo.
Kalu Uche, una perla como es Chuli, Jonathan Soriano, Dubarbier, Morcillo… Jugadores que ya querrían para sí algunos equipos de Primera, pero que no terminan de cuajar este año como equipo.
Sea por el motivo que sea, simplemente el Almería este año no termina de carburar, pese a la reciente mejoría que, por cierto, ha comenzado por la defensa con solos dos goles encajados en esta racha de seis partidos. Bien se sabe que un buen ataque comienza en una buena zaga, aunque resta mucho camino por recorrer.
Y en estas se verán las caras Real Valladolid y Almería, con objetivos bien distintos entre sí y todavía más diferentes de lo que ambos tenían en mente al comenzar la temporada. La necesidad apremia y, llegados a este punto de la carrera, el que pierde paga.
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Curiosidad del rival de esta jornada: De poco sirve la historia y la estadística cuando el balón se pone a rodar, pero lo cierto es que el Almería tan solo ha conseguido llevarse los tres puntos de Zorrilla una vez. Fue en la temporada 2004/05, cuando un solitario 0-1 sirvió para que los blanquivioletas hincaran la rodilla por única vez ante los almerienses en casa.
