El Real Valladolid vuelve a poner a disposición de cada abonado dos entradas para que acuda acompañado a un Nuevo José Zorrilla cada vez más vacío

Existe la creencia más o menos fundada entre el abonado del Real Valladolid que, por una u otra razón, cada final de curso se hace de menos aquello que pagó por ser socio debido a que el club acaba siempre regalando entradas. Cierto es, las regala precisamente a los abonados, a quienes nadie obliga a retirarlas y en cuyas manos está la decisión de ir con este o aquel acompañante. No obstante, la decisión crea siempre controversia.
Una cosa es cierta, y es que esta afición de quita y pon viene a ser el peluquín con el que ocultar las calvas en la grada en el momento en el que el equipo más se juega.
Así, por segunda jornada consecutiva, la entidad ha decidido poner dos entradas a disposición de cada socio para que, si tiene a bien, vaya acompañado y así Zorrilla pueda presentar una mejor entrada frente al Girona, ante la más que posible pobre entrada que registrará, teniendo en cuenta que el partido es en día laboral y a las ocho y media de la tarde. Cabe recordar que contra el Albacete esta medida sirvió de poco, ya que si bien se retiraron más de 6.000 entradas, solo acudieron al estadio 10.489 personas.
Esta no fue ni tan siquiera la mejor entrada de la temporada. Fue apenas la tercera, y dejó un dato tan duro como preocupante, y es que solo asistieron 5.336 socios y 2.000 de esos pases se quedaron sin utilizar, tal y como hizo público Jorge Santiago, director general del Real Valladolid, en una entrevista concedida al diario AS.
En todo caso, la promoción vino a paliar la sangría que viene presentando el Nuevo José Zorrilla últimamente, puesto que los cuatro partidos anteriores están entre los cinco con peor asistencia de la temporada y muy por debajo de la media, de 8.697’5 asistentes. Es más, el anterior encuentro en casa, ante el CD Lugo, presentó la menor entrada de todo el curso, 6.627 aficionados.

El dato anteriormente citado contrasta con el último partido de 2015, en el que se rozaron los 12.000. Los 11.831 asistentes registrados contra el CD Tenerife son el techo de esta campaña, por encima incluso del envite ante el Oviedo, al que acudieron 11.105 personas. Así, la relación es clara: cuanto peor ha ido el equipo menos gente ha ido a verlo.
El hartazgo de la afición es evidente para con el pésimo hacer de un Real Valladolid que debía aspirar a “estar arriba”, que diría Portugal, y sin embargo todavía no está salvado. Con seis puntos sobre los puestos de descenso, a falta de nueve con disputarse, en el seno del club hay nervios, mientras que cada vez son más los que muestran su decepción, o su enfado, incluso, directamente apartándose de aquello que le causa esa desazón.

En todo caso, cabe destacar que la asistencia media no es de las más bajas de la Liga Adelante. En este apartado, el Pucela es octavo, si bien por delante tiene a cinco clubes que representan a ciudades más pequeñas, como son Oviedo, Pamplona, Vitoria, Elche y Tenerife, y a un sexto como el Córdoba cuya población acude a su estadio en un mayor porcentaje.
Teniendo en cuenta la relación asistencia media/población, Valladolid es la sexta ciudad que menos acude a ver a su equipo. Por debajo solo están Mallorca, Zaragoza, Bilbao –representado en Segunda División por su filial–, Leganés y Alcorcón –pertenecientes a una comunidad, la de Madrid, que ha contado esta temporada con cuatro equipos en Primera División, dos de ellos finalistas de la Champions League–.

El contraste de esta última tabla es el premio recibido recientemente por la afición blanquivioleta como la mejor de la categoría. Aunque hay que ponerlo en su contexto: en realidad no venía a premiar a la afición en su globalidad, sino al buen hacer de su Federación de Peñas en los últimos tiempos.
La afición, aunque sufrida, aquella que continúa con el equipo, y a riesgo de que la afirmación provoque enfado, cada vez es peor porque cada vez es menor. Aunque no menos cierto es que el equipo y el club tampoco ofrecen demasiadas razones para seguir a su lado, los datos anteriores, y otros más que se podrían extraer, así lo demuestran.
