Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Y si uno se cae, se levanta. No le queda otra al Real Valladolid, en una carrera de fondo que acaba de comenzar y que, visto el lado bueno, hace que al menos quede todavía mucho camino por recorrer. Vale que el inicio no ha sido el mejor, pero si de algo pueden presumir los equipos de Paco Herrera es, sin duda, de constancia e insistencia hasta conseguir el objetivo.
El problema es que el rival que espera delante, casi sin tiempo para respirar después de dos derrotas consecutivas, es un conjunto que llega al envite como una moto. Y por si fuera poco, con la ventaja adicional de ejercer este martes en casa, ante su público. El Lugo acumula dos triunfos consecutivos tras un inicio dubitativo, de manera que los blanquivioletas no tienen margen de error en una jornada que se plantea crucial.
A la búsqueda de la escalada
Crucial sobre todo porque tres tropiezos seguidos encenderían definitivamente las alarmas cuando el telón apenas se ha alzado. El equipo de Luis César Sampedro, quien ya se está convirtiendo en un experto en esto de la Segunda División, está dispuesto a seguir con la marcha hacia arriba, en lo que al fin y al cabo será la batalla de este martes. Sí, quien se lleve el gato al agua entre Pucela y Lugo será quien dé el impulso definitivo hacia la zona noble.
Las matemáticas son sencillas. Real Valladolid, siete puntos y séptimo en la clasificación. Lugo, nueve puntos y tercero. El ascenso directo, marcado por el Zaragoza en segunda posición con diez. Sumar de tres supondría un impulso considerable, esa oportunidad de resarcirse para los blanquivioletas y aquella de reivindicarse para los gallegos. Porque después de ganar 0-3 en el Martínez Valero este pasado fin de semana, tumbar a otro serio aspirante al ascenso directo sería dejar claras muchas cosas.
Sí, sí, tal cual lo leen. Quién lo diría la temporada pasada, cuando el Lugo cerró la fase regular con 54 puntos, en un discreto puesto catorce en la tabla. Demasiado alejado de un play off que poco probable se vio en ningún momento mientras transcurría la segunda parte del campeonato. Pero esta vez es diferente. El arranque está siendo satisfactorio, y en la que ya es la quinta temporada consecutiva en la categoría de plata hasta se puede pensar en cotas más altas.
Más allá del mencionado 0-3 frente al Elche hace tan solo unos días, lo cierto es que los rojiblancos se están mostrando como un equipo que juega muy bien al fútbol, con orden y rigor sobre la pizarra. Argumentos más que suficientes para que la afición ya haya comenzado a ilusionarse una vez visto que realmente hay argumentos para ello. Un triunfo en casa ante el Sevilla Atlético (1-0) y tres empates en las tres primeras jornadas contra Córdoba (3-3), Zaragoza (3-3) y Nástic (2-2) dejan a las claras que hay buen material.
Lluvia de goles

Y sobre todo hay buen material porque en la parcela ofensiva parece que se ha acertado de pleno en el mercado de fichajes. Nada más y nada menos que doce goles que convierten al Lugo en el conjunto más realizador en estas cinco jornadas, además de en uno de los tres únicos que todavía no han conocido la derrota. La empresa no se plantea fácil para el Pucela, desde luego.
Si en parte los gallegos se encuentran en una dinámica tan positiva es por jugadores como Joselu, que parece haber iniciado la temporada con el rifle cargado (cuatro goles por el momento), Antonio Campillo (tres) o Alfonso Pedraza (dos), aunque otros nombres como Carlos Pita o Igor Martínez, si bien no tienen el cometido tal de transformar tantos, también son sin duda jugadores muy a tener en cuenta.
¿Podrá este Real Valladolid levantarse a domicilio y demostrar que de verdad quiere auparse a la zona alta? Este martes será momento de comprobarlo, de convertir el hundimiento en orgullo para encontrar verdaderas alternativas. Como dice aquello, con grandes triunfos se hace la historia.
Curiosidad del rival de esta jornada: No muchos lo saben, pero el CD Lugo se fundó en 1953 después de que uno de los equipos locales, el Club Deportivo Polvorín, desapareciera por motivos económicos. El actual club tomó oficialmente el relevo de aquel equipo y mantuvo la representación como equipo de la tierra gallega, algo que a día de hoy se ve representado en su escudo.
