Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Si no quieres caldo, toma dos tazas. Después de levantarse y encontrarse con un pequeño tropiezo el pasado domingo ante el Zaragoza, el Real Valladolid no se va a cruzar con el mejor rival para arreglar el desaguisado. No señor, y es que tratar de coger ritmo frente a un equipo que se encuentra en la zona alta de la tabla y encontrarte con la obligación de imponerte a domicilio no es plato de buen gusto. Y es que por desgracia los blanquivioletas no tienen demasiada posibilidad de maniobra.
Sí, es posible que el Córdoba tampoco pase por su mejor momento de resultados, pero vista la situación todo hace indicar un choque de poder a poder. A fin de cuentas es lo que tiene que se encuentren dos candidatos al ascenso frente a frente, cara a cara. Ambos tuvieron que conformarse con un empate la jornada pasada, razón de más para tratar de buscar los tres puntos en esta próxima contienda.
Calma chicha
Pero la duda es, ¿cómo llega el Córdoba de un viejo conocido como José Luis Oltra al partido de este sábado? Ni fú, ni fá, que dirían los más conformistas. Quinto en la clasificación diecisiete puntos mediante, los andaluces se encuentran empatados con cuarto y tercero de la tabla, Sevilla Atlético y Lugo respectivamente, a tres puntos de un ascenso directo que marca el Reus. Es decir, a tiro de piedra de una bonita recompensa.
Y no será porque el Córdoba haya estado especialmente fino en sus últimos compromisos, al menos en resultados. La semana pasada un valioso empate a domicilio (1-1) en casa del Elche y la anterior una derrota en el Nuevo Arcángel precisamente ante el Sevilla Atlético (0-1) dejan en poco botín las pugnas de las últimas semanas, si bien queda el consuelo de que el equipo juega ya a estas alturas de Liga con cierta identidad y claridad, de donde se deduce que los resultados acabarán llegando.
Pero la realidad es la que es. El Córdoba quiere estar más arriba, peleando por ese puesto de ascenso directo que da derecho a soñar con un regreso a la Liga de las estrellas, y para ello es necesario un golpe sobre la mesa este sábado. ¿Qué mejor manera que ante un contrincante que comparte meta como es el Real Valladolid? A fin de cuentas, cuatro victorias, cinco empates y dos derrotas no son un bagaje demasiado bueno por el momento en estas once jornadas de campeonato.
Efectivamente, atrás queda ese intento fallido el año pasado, cuando el Girona dejó a las primeras de cambio en la cuneta a un equipo ya entrenado por el propio Oltra, en quien se ha vuelto a confiar para llevar el timón del proyecto. A fin de cuentas la marcha del conjunto durante toda la fase regular siempre fue eso, regular, pese a que al final no se alcanzara el sueño. Este año se trata de convertirlo, por fin, en realidad.
Juego y táctica

Para ello el club ha dado este verano cierto viraje a la hora de incorporar jugadores, buscando incorporaciones veteranas como la de Juli o un viejo conocido blanquivioleta como es Zakarya Bergdich entremezcladas con otras como la de otro ex del Pucela, Rodri Ríos, quien poco ha tardado en convertirse en el killer del equipo con cinco goles en este arranque liguero. Una combinación interesante entre experimentados y jóvenes de esas que gustan al público.
Bien hay que decir que el Córdoba parece estar respondiendo, una vez mas, al método de su entrenador. La semana pasada quizá no se mereció el empate en casa del Elche, a lo mejor tampoco la derrota frente al filial del Sevilla, pero ambos partidos guardan un factor común, y es que el Córdoba supo dar espectáculo y demostrar una vez más su candidatura a estar en lo más alto.
Con jugadores incisivos y ofensivos, no son casualidad los doce goles en once jornadas que acumulan los de Oltra, con el debe de tener que mejorar la defensa que ha encajado once dianas. Al menos el equipo está demostrando sangre, ganas de pelear por ofrecer a sus aficionados una buena añada y, por qué no decirlo, mimbres para dar una sorpresa en la zona noble de la tabla. Y todo pasa por reorganizarse y vencer este sábado ante el Pucela.
Curiosidad del rival de esta jornada: ¿Por qué el Córdoba lleva una corona en su escudo sin tener el nombre de real en su nombre? Sencillo, aunque llamativo. Resulta que en 1944 el Club Deportivo Córdoba recibió el título de real antes de desaparecer tan solo diez años después, en 1954, dándose la casualidad de que en ese mismo año se fundó el nuevo y actual Córdoba Club de Fútbol, quien aprovechando la ocasión adoptó la misma vestimenta y escudo.
