Los de Luis César solo han cedido la posesión del balón a la Cultural Leonesa y al Real Oviedo, dos choques con un juego más trabado pero en el que los blanquivioletas consiguieron sumar
Dos meses y una semana. Ese ha sido el lapso de tiempo en el que el Real Valladolid ha conseguido, jornada tras jornada, mantener una posesión del balón mayor que la de sus rivales. Una estadística que se rompió el pasado sábado y que no se relaciona con un resultado negativo, si no todo lo contrario.
Ante el Real Oviedo, los de Luis César regresaron a la senda de la victoria tras cinco semanas sin conseguir sumar de tres, pero a cambio cedieron el control del encuentro por primera vez en once jornadas. No deja de ser paradigmático que los carbayones se impusieran en esta parcela pues, si bien ambos tuvieron problemas para generar juego, los de Anquela mostraron más carencias a la hora de mantener el esférico en su poder.
Resulta curioso también que la evolución en el dominio de los últimos partidos no se ha traducido en resultados del todo satisfactorios para el Pucela. Desde que alcanzaran el máximo pico ante el Lugo hasta la victoria ante los azules, el control de la posesión se traduce en dos empates (Reus y Sporting) y una derrota (Nàstic) para los blanquivioletas.
Fue precisamente tras el partido ante los gallegos cuando el Real Valladolid sufrió una ligera caída en la estadística, comprensible si se tiene en cuenta la dificultad de jugar en el Municipal de Reus. Frente al Nàstic, Luis César se quedó a tan solo una décima de igualar la posesión alcanzada ante su ex-equipo aunque el marcador, 0-3, refleja una situación diametralmente opuesta.
Centrándonos en los dos encuentros en los que el Pucela ha cedido la batuta a sus rivales, en ambos se cumple la misma premisa. Ni ante la Cultural Leonesa ni ante el Real Oviedo fueron capaces los blanquivioletas de generar ese juego combinativo que persigue Luis César, si bien consiguieron sumar ante los dos.
En el Reino de León, los blanquivioletas fueron protagonistas de un choque tan inverosímil como lo es la propia Segunda División. Con todo, rescataron un punto en el que, hasta la jornada pasada, había sido el único encuentro en el que se quedaban por debajo del rival lo que a posesión se refiere.
El pasado sábado, los problemas a la hora de salir con el balón jugado se hicieron más evidentes. Errores no forzados en la elaboración de las jugadas que, pese a lastrar más a los de Anquela, hizo que la posesión cayera del lado de los visitantes. La muestra está en los goles: solo el último fue fruto de una jugada combinativo. Juego ‘feo’ pero que sirvió para que los blanquivioletas volvieran a sumar de tres.
