El conjunto naranja se queda a medio camino de la remontada frente a un aguerrido Alhóndiga, que se adelantó por dos errores de la defensa

Foto: Juan Díez
No era una tarde usual. Desde luego, no lo era cuando en el primer día de otoño calentaba un Sol de justicia, acompañado de treinta y cuatro grados a la sombra, y el encuentro se jugaba en un campo que más bien era un desierto, no solo por la temperatura, sino también por la soledad tanto de ocasiones como, por momentos, de fútbol. Todo ello en un partido que acabó convirtiéndose en una batalla por la supervivencia en la que desfalleció el Parquesol.
Y eso que Ali se empecinó y, cuando estaba a punto de concluir este abrasador combate, marcó el tanto que dio unas esperanzas que hasta entonces eran humo, bien por mérito del Alhóndiga o bien por demérito naranja. O quizás, por ambas.
A nadie le pudo pillar por sorpresa el partido de las getafenses, comandadas por la idea de que la casa se empieza a construir por los cimientos –en este caso, defensivos– y se culmina en el tejado, es decir, en el gol, en este caso con dos. Y, entre medias, el orden, la cautela y el desquicio al rival.
Puede que no sea una idea brillante ni vistosa –ya para ver eso está el fútbol de élite– pero sí eficaz, cuando menos para conseguir sumar y, en ocasiones como esta, para ganar en un campo tan complejo como el Saso. Bien es verdad que para ello hizo falta también la ayuda involuntaria de una defensa naranja sumergida en un oasis de dudas –de nuevo–.
Después de cuarto de hora de control absoluto por parte del Parquesol, llegó el primer mazazo. Miri se aprovechó de un balón suelto en el área, que la zaga no despejó y definió con comodidad, cambiando el resultado pero no así el guion, que siguió intacto. Eso sí, la posesión no era sinónimo de ocasiones, pues las de Rubén Jiménez pisaron el área contraria en dos ocasiones contadas en todo el primer acto.
También el Alhóndiga aunque, en este caso, su segunda llegada también fue gol. Rocío asestó el golpe definitivo gracias a su astucia en el área tras rematar un centro que, si Maka llega a estar fina, nunca hubiera llegado a la delantera. Pero no era el día de la central en defensa, aunque eso no anula en absoluto su garra, su fe, que la acabó transformando en extremo improvisada en busca de la remontada.
La mejora llegó tarde
No era la primera vez que el Parquesol tenía que llamar a la épica para sacar adelante un partido así, consciente de que el juego mostrado no era suficiente. El balón saltaba de lado a lado, pero en cuanto olía el área contraria se asustaba y, o bien era repelido por las visitantes, o seguía en poder naranja pero retrasando metros con el fin de encontrar huecos, a veces imposibles.
Solo a falta de media hora el conjunto de Rubén comenzó a dar síntomas de profundidad, de llegada, pero para entonces las getafenses ya estaban armadas hasta los dientes y habían cerrado la puerta con candado. Ni Nata, ni Charle, ni Sandra, ni siquiera Yarima que cuando salió al campo recogió el protagonismo en la banda derecha, consiguieron profanar una zaga intacta, que parecía estar practicando el juego de la araña peluda. De ahí no pasaba nadie.
Solo lo logró Alicia Rey, quien provocó un penalti ya casi con el tiempo cumplido, y que transformó su tocaya Ali para colocar el uno a dos final. Un premio menor a la constancia, eso sí, pero sin el margen suficiente para igualar un choque que las pucelanas no merecieron ganar, pero tampoco perder.
Por ello acabaron en el descuento con una defensa de dos para volcarse e intentar tocar tierra con un empate que habría sabido a triunfo. No fue así, y el Parquesol sucumbió en la orilla, pero consciente de que solo es la tercera regata. Con tres puntos de nueve toca viajar a León, con la intención de volver a la senda del triunfo y, a poder ser, con unos grados más de buen fútbol y bastantes menos de calor.
CD Parquesol: Lucía; Judy (Yarima, min. 54), Maka, Rivas, Alicia Fernández (Iria, min. 61 [Carla, min. 81]); Nata, Barbi, Sandra, Alicia Rey, Charle y Ali. También jugó Carla, en sustitución de Iria.
AD Alhóndiga: Yagüe; Susi (Estefi, min. 55), Mamen, Bravo, Laura (Sandra, min. 62); Ylenia, Ortiz, Ruth, Miri (Varona, min. 71), Tita (Marta, min. 54) y Rocío.
Goles: 0-1, min. 18: Miri. 0-2, min.39: Rocío. 1-2, min. 85: Ali (penalti).
Árbitro: El colegiado David Rivera García dirigió el encuentro, asistido en las bandas por Aliyanov Atanasov y Martín Dieguez. Amonestó con tarjeta amarilla a la jugadora visitante Susi.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 3 del Grupo V de la Segunda División Femenina, celebrado en el José Luis Saso ante alrededor de 150 personas, en una tarde en la que el calor fue el principal protagonista.
