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Jurić, las deudas pendientes de un pivote que no terminó de convencer

El mediocentro croata del Real Valladolid deberá resolver su futuro en medio de las dudas por su rendimiento en Primera

por Miguel Ruiz
17 de junio de 2025
Jurić, las deudas pendientes de un pivote que no terminó de convencer

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Stanko Jurić no ha cumplido con lo esperado en el Real Valladolid. Desde su incorporación, en el verano de 2023, ha creado una serie de dudas que hoy, tiempo después y con un balance poco optimista, deberá decidir el futuro del mediocentro. El croata llegó al conjunto blanquivioleta por esa necesidad evidente de contar con un perfil de centrocampista que pudiera aportar algo de presencia física, recorrido, equilibrio táctico y compromiso con y sin balón, cosas que el Pucela necesitaba con urgencia.

Internacional en categorías inferiores con Croacia, con experiencia en la Serie B italiana y formado en un mítico del fútbol del Este como el Hajduk Split, su llegada generó expectativa, sobre todo por un currículum que prometía músculo e intensidad para una medular demasiado técnica y liviana en determinados momentos y que necesitaba un sostén táctico en un momento clave de la temporada. Lo mostrado en el Parma parecía dar lugar a la esperanza y su perfil de mediocentro a priori encajaba a la perfección.

Juric Parma

 

Dos temporadas después, el rendimiento de Stanko Jurić invita más a la reflexión que a la confianza. Y es que el mediocentro no ha conseguido convertirse en el futbolista deseado. Nunca ha sido verdaderamente determinante en el juego del Real Valladolid, ni en Primera ni en Segunda División. Algo que colma de dudas a una grada que siempre le ha premiado por su esfuerzo, pero que ni siquiera ha visto cómo el croata ha logrado ser un recurso fiable cuando el equipo ha necesitado control o presencia en la base del juego. Más bien, su participación ha sido intermitente, irregular y bastante desdibujada.

Las dudas con Jurić

Quizá la principal deuda de Jurić va en torno a las dudas generadas por su juego. Su impacto en el eje del centro del campo es irregular, con picos muy altos de entrega y agresividad y con valles peligrosos en cuanto a lectura y oportunidad. Aunque llegó como un pivote de contención, apenas ha sostenido ese rol. Lento en los giros, sin capacidad clara para ofrecerse como primer pase en salida y con demasiada tendencia a retrasar la circulación, su presencia no ha mejorado los tramos en los que el equipo sufría para construir, siendo una pieza poco hábil para sostener desde ese nivel asociativo.

Pero es que incluso le ha faltado personalidad bajo presión. Desde la teoría, Stanko Jurić debía ser un jugador capaz de proteger la espalda de los interiores y de frenar transiciones con su despliegue, pero su lectura táctica ha sido inconsistente y, pese a su físico, no ha dominado el espacio entre líneas ni ha impuesto jerarquía.

Demasiado horizontal en sus pases y poco influyente en campo rival, donde solía aparecer a destiempo y descuidando la zona en la que debe ser diferencial. Su espalda solía ser una ruta interesante para los rivales. Un precio demasiado alto a pagar por un rendimiento pobre a nivel de duelos ganados por riesgos asumidos, pues lo cierto es que tampoco ha logrado brillar en el apartado defensivo, donde se le presuponía solidez. Más reactivo que proactivo, no ha llegado a ser el ancla que el equipo necesitaba.

El futuro, otra incógnita más

En medio de la duda por lo que puede necesitar la plantilla, con un nuevo cuerpo técnico por llegar y una dirección deportiva diferente a la que le llevó a Valladolid, la figura de Stanko Jurić aparece entre las carpetas abiertas del verano pucelano. Tiene contrato, pero su continuidad está lejos de ser prioritaria y genera más dudas que certezas incluso con el descenso.Atlético de Madrid - Real Valladolid: A qué hora es, dónde y cómo ver en TV y online el partido de LaLiga EA Sports

Sobra decir que, si en Primera el reto parecía quedarle grande, por capacidad, contexto o rendimiento, la Segunda División podría suponer recuperar su influencia, pero la paciencia podría haberse agotado. El croata no ha sido un problema, al menos de manera evidente, pero tampoco una solución clara a las necesidades del equipo. Y en un equipo que necesitará competir con solvencia desde el equilibrio y la solidez desde el minuto uno, eso puede llegar a pesar demasiado.

El plan exigirá centrocampistas que sostengan, conecten y compitan cada fin de semana con ritmo y decisión dentro de la idea del entrenador que llegue a Valladolid, pero Jurić de momento no ha cumplido ninguna de las tres funciones esenciales de forma regular. Aunque su perfil podría encontrar acomodo en ciertos contextos, su rendimiento no ha justificado un rol protagonista.

Stanko Jurić deja, por tanto, más incógnitas que certezas para la planificación de la 25/26. Un jugador que llegó con la promesa de ser pieza clave en la estructura y que ha terminado siendo una presencia secundaria, sin huella en el juego. El tiempo dirá si tiene esa tercera oportunidad con el nuevo míster, sabiendo que el Real Valladolid no puede permitirse vivir mucho más de suposiciones.

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