Tras la victoria en Almería, el Real Valladolid se sitúa a dos puntos del play-off y no quiere –ni debe– bajar el listón para el tramo final

Si en las últimas semanas se especulaba con que el Real Valladolid seguía vivo gracias a sus tantos postreros, la goleada en Almería –con dos goles en el descuento– argumenta más si cabe esa idea. Ya van cinco goles en el tramo final en los últimos cuatro partidos, pero los de este domingo fueron aún más importantes. De ellos colgaba el cartel de “resurrección”.
Y es que los blanquivioletas se veían en la cuneta tras la debacle ante el Sevilla Atlético, y más aún sus aficionados que ya no daban un duro por ver a su equipo ni siquiera luchando por ascender de categoría. Pero un mes más tarde ya nada es igual, y buena culpa tiene de ello los siete puntos de los últimos nueve que se han obtenido.
Entre ellos los tres de Almería, que han proporcionado un chute de moral al equipo. Por mucho que Herrera afirmara en el post-partido que el resultado fue “engañoso”, nadie esconde que esta goleada hace al club soñar más que nunca con el play-off. Básicamente porque se encuentra a dos puntos. Una distancia que no era tan corta desde la jornada 26, allá por el mes de febrero.
Tras golear en Mallorca, machacó al Mirandés
A quién no le sienta bien una goleada –a favor, claro–, aunque llegara al final. El mejor antecedente se puede encontrar en la visita del equipo pucelano al RCD Mallorca, rival contra el que precisamente se mide este fin de semana en el José Zorrilla. Tras golear en el Iberostar con el mismo resultado (0-3), repitió esa hazaña en la siguiente jornada y de forma más basta aún.
Venció por 5-0 al Mirandés. Con goles de Raúl de Tomás y Mata, entre otros, que también mojaron la pasada jornada. Además, esa victoria en Mallorca le valió para colocarse a dos puntos de la promoción –misma distancia que ahora– aunque, eso sí, en una posición bastante más baja, undécimo –ahora séptima–.
Por ello es el momento de apretar. Aprovechar el momento de subidón y de confianza que da un resultado como este para hacerlo bueno ganando en casa. La racha arrastrada no es negativa, pero después de caer de esa forma en casa del filial sevillista y no conseguir ganar los dos partidos de casa era necesario un partido así. Y anima aún más a morir ante el Mallorca.
Regresan los tópicos como “el último tren” o la “última bala”, pero son reales. Dos puntos de diferencia con el sexto clasificado es una posibilidad más que real de meterse en la pomada, y en el momento más decisivo de la temporada: faltan cinco jornadas, y un calendario más que asequible para que esos tópicos se conviertan en verdades que no se hacen realidad desde hace ya cinco años, cuando se ascendió a Primera División por última vez.
