El Real Valladolid es el segundo mejor equipo de la liga desde que arrancara la segunda parte de la temporada –con diez puntos de doce posibles–. La distancia con el play-off se recorta a tan solo dos puntos y con el ascenso directo a cinco

Alguien dijo alguna vez que segundas partes nunca fueron buenas. Y eso no es buen negocio en el fútbol porque es en ellas en las que se decide todo. Tanto las segundas partes de un partido como las de un campeonato. En el segundo caso, pasan a ser aún más relevantes para aquellos que no han hecho los deberes en la primera y cuyos objetivos están lejos de convertirse en realidad.
Es el caso del Real Valladolid, que en esa primera parte de la liga quedó muy lejos de las posiciones de ascenso que tiene como objetivo. Cuando menos, el play-off. Terminó, con la derrota en el Sadar, undécimo, a cinco puntos del sexto clasificado.
Pero como si de otra historia completamente diferente se tratara, los blanquivioletas han comenzado como un tiro la segunda vuelta, al menos en cuanto a números. Han sumado diez puntos de los doce posibles en las cuatro jornadas que hasta ahora se han disputado, con un balance de tres victorias y un empate, lo que ha generado ciertas esperanzas.
Así se han convertido en el, hasta ahora, segundo mejor equipo de la segunda vuelta –solo por detrás del líder, el Huesca, que ha hecho pleno con cuatro triunfos–. Y, lo que es más importante, gracias a este viento de cola que parece soplar en Pucela desde la victoria frente al Barcelona B, han logrado reducir la ventaja tanto con los puestos de play-off como con los de ascenso directo.
El sexto puesto, ocupado ahora por el Lugo, se sitúa a tan solo dos puntos, mientras que hace un mes la distancia era de cinco. Ocurre parecido con el Cádiz, que es segundo y que, después de sumar solo una victoria en este tramo de liga, ha hecho que la diferencia se reduzca a la mitad –de diez a únicamente cinco puntos–.
Aun así, solo los gaditanos y el Numancia son los que verdaderamente han levantado el acelerador de los equipos de la parte alta de la tabla. El Huesca sigue imparable y conjuntos como el Lugo, Oviedo o Rayo tampoco saben aún lo que es perder en la segunda vuelta. Esto muestra la alta competencia en esta segunda parte del campeonato ya que la frontera del play-off se encuentra este año, con veinticinco jornadas disputadas, en 41 puntos –frente a los 38 de la pasada temporada, y los 39 de la 15/16–.

Estos datos meten algo más de presión a los de Luis César, que saben que tienen que mejorar los registros de la primera vuelta –29 puntos–, porque para entrar en play-off no bastaría con repetir esa cifra, al menos si se tienen en cuenta los antecedentes. En el mejor de los casos se necesitarían 61 puntos –año en que la promoción estuvo más barata–, por lo que habría que sumar 32 puntos en la segunda vuelta. Precisamente la cifra que se obtuvo el año pasado, y que fue insuficiente.
Una racha negativa de dos o tres partidos sin ganar de alguno de los equipos que actualmente ocupan esas posiciones les condenaría a salir de la promoción. Algo de lo que se podría aprovechar el conjunto vallisoletano si no comete el mismo error. En una categoría como la Segunda División, la regularidad es imprescindible, y posiblemente sea el mayor de los retos en lo que resta de campaña.
A un punto del mejor arranque de la década
Además, el Real Valladolid está a un paso de lograr un récord. Conseguir el mejor inicio de la segunda vuelta en lo que va de década. Hasta el momento, ha igualado el arranque de la temporada 14/15 –con diez puntos de doce–, pero en el quinto partido cayó derrotado.
Por ello, solo haría falta sumar frente al Granada para conseguir batirlo. No será fácil, aunque a los nazaríes no les ha sentado tan bien este inicio de vuelta. Solo han sumado la mitad de los puntos, con dos victorias y dos derrotas.
Así las cosas a los blanquivioletas se les presenta una oportunidad de oro en Granada, no solo para encarar el encuentro frente al líder con la moral por las nubes, sino para lograr un hito como el de mejor arranque de segunda vuelta. Un récord que, a final de temporada, se podría ver como el inicio del camino que derivó en el ascenso o, por el contrario, solo un espejismo que no condujo a ningún lado.
			