Contracrónica del Real Valladolid 0-1 Valencia
La ausencia de público en las frías butacas de un José Zorrilla ya despejado de nieve tras la borrasca Filomena no ha sido excusa para que los aficionados, en sus casas, se quedaran bien fríos. El Real Valladolid volvió a perder una oportunidad de puntuar en casa ante un rival complejo pero en mal momento, ante un Valencia que, si bien lo intentó más que el conjunto blanquivioleta, no dio muestras de tener armas para ser especialmente temible. Javi Gracia sacó oro de Zorrilla en una noche fría en la que ambos equipos tuvieron dudas pero en la que solo uno asumió riesgos para acercarse a la victoria. Este resultado vuelve a dejar muy tocado a público y equipo, en un partido que por opciones podría haber supuesto un salto en la tabla y un respiro fundamental para encarar los próximos encuentros. Con la esperanza de mejorar los resultados en casa pendiente de un hilo, el equipo deberá ponerse las pilas para no dejar que partidos como el del Valencia se conviertan en rutina y se echen de menos puntos las últimas jornadas.
Una primera parte para olvidar. Aunque empieza a ser algo recurrente, la conexión del equipo con los partidos cuesta más de lo esperado. Durante el partido ante el Valencia, las imprecisiones, la escasa ambición y las dudas a la hora de crear juego de los primeros 45 minutos han sido del todo preocupantes. Si bien es cierto que la reacción, sobre todo en los primeros minutos de la segunda parte parecieron hacer olvidar la mala imagen inicial, el Valladolid no puede permitirse esos lujos. Entrar conectado en los partidos, sobre todo en casa, ahorra sustos.
El error de Masip, clave de nuevo. Los errores, en la portería, se ven mucho más que en cualquier zona del campo. Y en esa circunstancia llegó el que cometió Masip tras el fuerte disparo de Soler. Mal colocado, apenas pudo reaccionar el meta catalán al tiro del valencianista, concediendo el único gol del partido tras haber protagonizado varias acciones notables en la primera mitad del encuentro. Es seguro que Masip es un portero que se ha ganado la confianza, pero estas acciones condenan puntos muy valiosos.
Kike Pérez y Roque Mesa, en su línea. Aunque el despertar de Roque Mesa a nivel constructivo le ha costado en este encuentro, la aportación del ’17’ en el conjunto blanquivioleta da una estabilidad y una gestión del balón en mediocampo que se venía necesitando desde hacía mucho tiempo. En el caso del canterano, su aportación, mayor desde hace algunas semanas, se plantea indispensable para que el conjunto pucelano sepa cómo sorprender a nivel creativo. Dotando a estos dos jugadores de contexto, el Valladolid se asegura una mayor capacidad para ganar peso con balón y presencia ofensiva.