Raúl de Tomás, más conocido como ‘RDT’ por sus iniciales en el mundo del fútbol, fue uno de esos casos de lo que pudo haber sido como blanquivioleta y no fue. El delantero llegó al Real Valladolid en 2016 como parte de un trato de favor entre los gerentes de Zorrilla y el Real Madrid. Sí, sí; como lo oyen: el Pucela le hizo al Madrid un favor -bueno; realmente a medias, por la edad del otro involucrado podía suceder así o más por las bravas-, que consistía en que Diego Altube se iría a Valdebebas sin que desde Los Anexos hubiera reclamación alguna.
Esto, que Barça y Madrid -sobre todo- suelen hacer cuando captan a un jugador, a modo de deferencia con el club al que le arrebatan al canterano, se resolvió con un “lo hacemos y ya vemos”, que dirían Los Javis. Lo que terminaría viendo la dirección deportiva que dirigía Braulio Vázquez fue cómo, en los estertores del mercado estival, se le ofrecía la posibilidad de incorporar a la plantilla de Paco Herrera a un prometedor delantero, por descollar realmente en categorías altas, pero que en ‘La Fábrica’ había tenido buenos números. Raúl de Tomás.
El ariete de ascendencia dominicana llegó con un profesional de la mano, con el que trabajaba aspectos como la alimentación o la prevención de lesiones, y cuyo sueldo provenía de su bolsillo, uno que, por cierto, no había sido afectado -o no en demasía- por recalar en un Pucela que no estaba para grandes dispendios, y al cual desde la capital le habían prometido eso que hacen a veces los grandes: dejar al jugador a un coste bajo a cambio de que se le pueda ver. He ahí la clave de lo mencionado: el Real Madrid se llevó a un cadete y, a cambio, prestó a un futbolista con gran potencial y con visos de poder convertirse algún día en un goleador consumado.
RDT al cuadrado
Pero Raúl de Tomás vino acompañado de una segunda persona. Concretamente, de su hermano pequeño Rubén. Como él, era (y lo sigue siendo actualmente) atacante, aunque no actuaba como punta de lanza, sino de extremo derecho. Tenía carácter y un buen físico, aunque por terminar de desarrollar, puesto que era todavía juvenil de primer año. No fue su fichaje una conditio sine qua no para que llegara el hermano mayor, puesto que primero pasó una prueba, que superó, por lo que se determinó que engrosaría las filas del Juvenil B de Liga Nacional.
Aunque su participación fue frecuente, no puede decirse que Rubén llegara a dejar un sello personal inolvidable. Marcó unos pocos goles -uno, coincidiendo en día con Raúl– y dio visos de poder alcanzar el profesionalismo, entendido este como la posibilidad de vivir del fútbol. Su paso por Pucela acabaría siendo positivo, aunque sin grandes artificios. Fue, también, efímero, porque, como quiera que su hermano mayor estaba enamorado del Rayo Vallecano, al año siguiente, ante la misma posibilidad de jugar de blanquivioleta o hacerlo de franjirrojo, se decantó por esta última, comenzando un sueño que hoy parece de Antonio Resines.
A sus espaldas, RDT ‘sénior’ dejó 15 goles (14 en Liga), que seguramente no fueron más porque Paco Herrera estaba enconado con otras opciones, y aunque tuvo minutos, nunca llegó a ser titularísimo. La temporada en Valladolid, sin embargo, sirvió a RDT ‘júnior’ como aprendizaje, uno que llevaría a crecer solo desde la 2018/20, campaña en la que Raúl se fue al Benfica y Raúl al Sanse. Volverían a coincidir en la 2022/23 en Vallecas, pero no acabaría el pequeño de dar el salto, por lo que se marchó a Grecia, donde estuvo durante dos años y medio, hasta que el Salamanca, rival este sábado del Real Valladolid Promesas, lo rescató en enero.
Otros hermanos
Por ahora, en el conjunto salmantino, Rubén de Tomás está ofreciendo un buen rendimiento: en tan solo cinco partidos ha marcado dos goles y se ha convertido en un gran agitador del ataque de su equipo. Con todo, su caso en Valladolid no es el único ni el último de un hermano llegado de la mano de otro hermano. Lejos quedan los casos de los Lesmes, de los Engonga o de los Hierro. Menos, el de los Aquino, con Matías acompañando a Dani, como esta temporada está haciendo Nouhoun a Mamadou, ambos, portadores del apellido Sylla.
			