El FC Andorra visita Valladolid en la jornada 18 de LaLiga Hypermotion y lo hace con la intención de que el José Zorrilla no sea un escenario incómodo para tratar de revertir unos resultados muy preocupantes. Tras el cambio de piezas en el banquillo, con la marcha de Ibai Gómez y la llegada de Carles Manso, el equipo andorrano quiere empezar a construir un nuevo camino que pueda estabilizar el paso de un equipo que en las primeras jornadas enamoró pero que, en las últimas diez, no ha sido capaz de ganar a nadie.
En el decimonoveno puesto de Segunda División, los de Manso deberán cambiar algunas de las cosas que se han visto en estas tres semanas a su mando para tratar de recalibrar objetivos. La realidad del club, ensuciada por los resultados, transita por ser uno de los equipos con un estilo más definido de toda la categoría. De hecho, el cambio de piezas en la dirección de campo no ha supuesto un cambio drástico, sino que ha tenido un sentido más de reacción, de mover el árbol, que de cambiar el esquema particular que ha llevado al Andorra hasta donde está.
El FC Andorra, línea por línea
El equipo liderado por Manso sí ha hecho matices necesarios para tratar de darle otro aire al equipo. Dos fundamentales, como apostar por un juego más directo y vertical, así como buscar con menos vehemencia la posesión del balón. Además, tratar de encontrar una versión tricolor que no traicione esa idea a nivel constructivo/ofensivo por una versión más estructurada y estable, cercana a una defensa que pueda estar a la altura de las exigencias que impone la Segunda División en España.

Esos ajustes no han trastocado un 1-4-3-3 bastante típico, con tendencia a juntar líneas en 1-4-5-1 en ocasiones, en fase defensiva, para tratar de reducir espacios y facilitar la presión en zonas de recuperación, evitando esfuerzos innecesarios. Es el matiz de un Carles Manso que parece haber renunciado de alguna manera, al menos de momento, a ese 1-4-2-3-1 al que en momentos de falta de claridad defensiva recurría su antecesor.
En portería, las manos casi inexpugnables de un Aron Yaakobishvili que se ha convertido en una de las claves a nivel defensivo del conjunto tricolor. El portero húngaro ha dejado claro con sus actuaciones que su condición de cedido no incomoda a la hora de valorar sus virtudes y de mostrar un nivel excelso. A pesar de haber sido el gran perjudicado de un Andorra con errores defensivos que dejan muy indefenso al meta, es un seguro tener a un efectivo con su clarividencia bajo palos, su agilidad y liderazgo.

En defensa, Bomba y Gael Alonso son dos piezas para los puestos de central en los que tanto Ibai Gómez como Manso han confiado. Jóvenes, de 20 y 23 años respectivamente, tienen una buena gestión del balón y esa capacidad para sumar en defensa, aunque el equilibrio no les da demasiado margen cuando el equipo se echa demasiado atrás. En bandas, Carrique por derecha y Martí Vilà o Imanol por izquierda, acompañando ofensivamente en un equipo que, siempre que puede, se proyecta hacia campo contrario.
En el centro del campo, Sergio Molina destaca con su capacidad para ser importante a nivel organizativo. En el pivote, es el encargado de incrustarse entre los centrales y dar sentido al juego del equipo. El FC Andorra basa gran parte de su idea futbolística en esta línea, consiguiendo resultados llamativos a nivel de posesión, con la media más alta de la categoría (en torno a un 57%).

Algo que Molina no hace solo, con jugadores como Álvaro Martín, más extremo que mediocentro, pero con gran capacidad para calibrar el ritmo y la verticalidad, y el interior Dani Villahermosa, que ya acumula cuatro tantos y dos asistencias. Un compendio en el centro del campo que puede estar aliñado también por perfiles clave como Le Normand, mediocentro interesante y hermano del defensor del Atlético de Madrid; o Marc Doménech, jugador de 23 años y que está siendo capaz de mostrar una gran calidad entre líneas.
En la delantera, la destacada pieza de Minsu Kim acapara todas las miradas por su capacidad para ser bello en el juego además de uno de los peligros más evidentes hacia cualquier rival. Su velocidad empasta bien con una banda diestra en la que cada vez ha aparecido más Manu Nieto, delantero centro reconvertido en extremo que procura igualar fuerzas en ese perfil y mezclarse bien con las incorporaciones de Carrique y Álvaro Martín. En punta, el uruguayo Lautaro de León, ‘Lauti’, que debería ser el jugador que potencie la efectividad, con tres goles en sus 1032 minutos como referencia del equipo tricolor.

¿Cómo le puede hacer daño el Andorra al Real Valladolid?
Si es capaz de cumplir con ese plan de ajustes defensivos, el Valladolid puede llegar a sufrir. Más allá de la última salida del club pucelano, le está costando horrores poder encontrar el gol para cerrar los partidos y, sabiendo de su endeblez a menudo en jugadas en las que la base (Juric y Ponceau) o la defensa, por desajustes entre latera y central, dejan demasiados huecos y oportunidades, el Andorra podría encontrar su oportunidad.
Actualmente, a pesar de todo, el estilo de juego del equipo tricolor beneficia al conjunto blanquivioleta, por ser un equipo que no necesita mucho balón para hacer daño y se siente más cómodo robando en bloque medio y viajando rápido al área rival. Esa realidad complica la vida a un Andorra que deberá estar muy atento para evitar que su vía para encontrar el camino del gol y de la victoria no sea el mismo que puede aprovechar el Valladolid de Almada para hacerse fuerte y conseguir abrir de nuevo el arco, esta vez en casa y arropados por los suyos.
