Los dos senegaleses del Real Valladolid competirán con el juvenil de Primera Regional del club naranja, aunque entre semana seguirán ejercitándose con sus respectivos equipos en Los Anexos.
Para ser un partido de Regional Juvenil, la expectación era alta. Aun cuando se trataba de un derbi. Pero es que el Atlético Pincia – CD Parquesol no era un duelo más de los muchos que tienen lugar durante una temporada en esas categorías. La atracción, lógica, después de estar prácticamente en blanco durante todo el curso, era ver al senegalés Pape debutar con su nuevo equipo.
O, bueno, nuevo, a medias. Porque es verdad que era su primer partido vestido de naranja, color que vestirá durante los próximos meses, pero en realidad seguirá siendo más de Los Anexos que del José Luis Saso. Como Amath, otro senegalés al que el Real Valladolid no ha podido cursar la ficha como pretendía y que debutó hace un par de semanas con el primer equipo juvenil del Parquesol.
Las buenas relaciones entre clubes han permitido que el más cercano de todos los de la ciudad vaya a disfrutar durante seis partidos de Pape y siete de Amath, para así evitar que uno y otro se pasen un año sin saber qué es competir, como daba la sensación que podía ocurrir, teniendo en cuenta que la entidad blanquivioleta ha sido incapaz de desbloquear la situación con la Real Federación Española de Fútbol.
No obstante, uno y otro seguirán ejercitándose en Los Anexos durante la semana y acudirán a entrenar con sus nuevos compañeros solo los viernes, en el caso de Pape, y jueves y viernes en el de Amath. Pero, aun así, en el José Luis Saso están más que contentos, y no es para menos, ya que la ayuda de los africanos servirá para no pasar apuros en la lucha por la salvación.
Así lo cree Rubén Geslín, entrenador del Parquesol Regional Juvenil. Y así lo dictan los resultados, toda vez que su equipo ha sumado seis puntos sobre seis posibles en los dos encuentros que ha disputado Amath, el último ya con Pape también sobre el césped. “El salto de calidad es importante, no solo porque ellos sean buenos, sino porque se ve al equipo con otra cara, con una mayor tranquilidad”, reconoce el técnico.
Esa calma, esa sonrisa, se fundamentan en dos jugadores diferenciales, quizá los mejores de la categoría. Amath, en su debut, hizo dos goles y dio la asistencia del tercero, que supuso la victoria ante el Santa Marta B. “Aunque cuando saltó al campo perdió dos balones fáciles que rápidamente nos hizo cuestionarnos qué habíamos traído”, dice Manuel Sánchez, padre de uno de los compañeros de los africanos.
Enchufados desde el primer día
Algo semejante habría ocurrido con Pape de no ser porque quien acudió a ver su debut era a sabiendas de que se ejercita con asiduidad a las órdenes de Miroslav Djukic toda vez que perdió cuatro balones y falló varias entregas en los primeros minutos. Sin ir más lejos, unas horas antes de saltar al césped de El Palero se ejercitó con el primer equipo del Real Valladolid. De ahí que se antoje vital la capacidad de Geslín y de quien le rodea para motivarle.
A pesar de esos errores iniciales, el niño de Djukic fue uno de los más destacados del equipo, junto al exblanquivioleta Javi León, muy seguro en el centro de la zaga en todo momento. Así, Pape dio inicio a la jugada del último de los goles del Parquesol, que venció por cero a cinco, después de hacer el cuarto desde el punto de penalti. Y, al margen de ello, dio la sensación de suficiencia de lo que es, un jugador con un gran potencial y llamado a tener una carrera en Primera División.
Ayudó a que el equipo naranja apenas sufriese en defensa, gracias a su buen posicionamiento y a su capacidad de recuperación. Se incrustó entre los centrales para ofrecerse como alternativa al juego en largo, llevó a cabo varios cambios de orientación de primerísimo nivel e incluso se regaló varias galopadas, conduciendo y sin balón, que pudieron terminar en gol.
Pareció hacerlo a medio gas, pero compitió y dominó el medio del campo. Y se encontró muchas veces y muy bien con su compatriota, con un Amath que es capaz de aparecer como nueve o en cualquiera de las dos bandas y llevar en cualquier lado muchísimo peligro. Si bien esta vez no fue capaz de marcar, dio dos asistencias, envió un balón al larguero y provocó la pena máxima convertida por Pape, cuestiones que, unidas a lo logrado en su debut, hablan muy bien de su rendimiento.
Al margen de lo palpable, de lo que luego queda, conviene señalar que su partido no se quedó solo ahí. El africano, juvenil de primer año que suele ejercitarse con el segundo equipo de la categoría del Real Valladolid, a las órdenes de Chuchi Macón, volvió loco a la defensa rival. Partió como punta y cayó habitualmente a la derecha, durante la primera mitad, mientras que en la segunda, ya más volcado a la izquierda, ‘obligó’ al entrenador del Pincia a colocar a su delantero como lateral para intentar contrarrestar su velocidad. Y ni aun así.
Cercanía y buenas relaciones
Pape y Amath viven en la Residencia de Jóvenes Jugadores de la Fundación Real Valladolid. Este centro se encuentra incluso más cerca del José Luis Saso, campo del Club Deportivo Parquesol, que de Los Anexos y del Nuevo José Zorrilla. No tienen más que bajar una cuesta para ejercitarse vestidos de naranja. “Lo cual es una tranquilidad para el Valladolid y para sus representantes”, comenta Rubén Geslín, su nuevo entrenador.
Al margen de esta proximidad, cabe destacar que la buena relación existente entre los clubes permite que, además de ellos dos, otros chicos como los coreanos Min o Lee hayan tenido ficha federativa parquesolina aun cuando pertenecían a los blanquivioletas, debido a que la RFEF, en el cumplimiento de la normativa FIFA, impide que estos jugadores puedan competir con equipos de categorías nacionales.
Ciertamente, ese trato cordial puede parecer lógico, tratándose de dos equipos de la misma ciudad, pero no lo es tanto si se tienen en cuenta las tiranteces que, por ‘h’ o por ‘b’, el Real Valladolid mantiene con otros clubes como el Betis. Esta cuestión hizo que, sin ir más lejos, tres jugadores béticos jugasen la Íscar Cup benjamín con los anfitriones, mientras el Parquesol cedió al defensa Diego Alonso y Álvaro Aceves, uno de los porteros más destacados del campeonato.
La gratitud del CD Parquesol por poder contar con Pape y Amath no cambia ni siquiera por el hecho de que apenas dependan de ellos. Al primero, por ejemplo, se le ha cursado la ficha con el primer equipo cadete, que está luchando por ascender a categoría regional, pero, sin embargo, está prácticamente descartado que pueda jugar a las órdenes de Fernando Artalejo y Álvaro Calvo. El primero sueña con ello, “pero antes tendríamos que hablar con él, con sus representantes y con el Valladolid”, explica.
Pero, aunque no juegue ese hipotético play-off, en el José Luis Saso están contentos. Tanto que entre los entrenadores de los equipos de otras categorías bromean con Jacinto Santos, su presidente, pidiéndole que negocie la llegada de otros ‘caramelos’. Y mientras ellos disfrutan, el Real Valladolid también sonríe, satisfecho. Así al menos se vio a Miguel Ángel Baltanás, miembro del departamento de observación, al final del partido de El Palero. Y no es para menos, viendo el rendimiento de los chicos.
