Eso de que, desde niños, nos digan que tenemos cara de no romper un plato no tenía mucho que ver con nuestro buen comportamiento, sino con la vajilla que muchos han tenido en casa de niños. Con la confianza de padres, madres y abuelos y abuelas, la marca francesa Duralex fue dejando una impronta clave en las cocinas, no solo de Francia, sino también de España.
Una marca que lleva consigo la fama de ser irrompible, sabiendo que se lo ha ganado con creces y que las vajillas de este material, sin duda, duraban mucho más. Una empresa que lo tenía todo y que ahora está pasando por ciertos problemas, lo que les ha llevado a pedir ayuda a sus clientes de siempre, sabiendo que su reputación depende en gran medida de la credibilidad de sus productos y del cariño de quienes han crecido comiendo y bebiendo en vajillas Duralex.
La peligrosa caída de Duralex
La facturación de la compañía no ha conseguido ser lo que era cuando en los ochenta y noventa fue una clara referencia. De hecho, en el año 2024, la compañía gala estuvo a punto de quebrar. Fueron sus trabajadores los que lograron salvar la empresa creando una cooperativa, comprando la empresa para garantizar que se pudieran proteger los puestos de trabajo y, sobre todo, darle continuidad a la marca.
Es clave saber que, de los 226 empleados de la compañía, casi 150 hicieron inversiones en la empresa de entre 500 y 2000 euros. Toda esta maniobra hizo crecer la empresa, no solo en seguridad y rentabilidad, sino en ventas. El plan de crecimiento se diseñó de manera clara para potenciar la presencia nacional e internacional de la compañía, que logró reforzar claramente la imagen de Duralex para intentar avanzar y aparecer en nuevos espacios de venta.
Un plan genial que, a pesar de todo, la compañía no ha conseguido enfrentar aún de manera clara los retos que, de momento, siguen teniendo y que son precisos para poner en marcha ese plan: renovar la maquinaria, diseñar nuevos productos para intentar captar nueva clientela y financiar la expansión prevista para poder tener una mayor repercusión y mantener esa fiabilidad conseguida. La situación financiera en 2025 está siendo un reto importantísimo para Duralex, que en su 80 aniversario enfrenta el mayor reto de toda su historia.
Un crowdfunding para seguir disfrutando de la marca
Para su viabilidad, actualmente es necesario que se alcancen de 35 a 36 millones de euros, mientras que las previsiones, de momento, están lejos de esa realidad, con casi una distancia de casi seis millones de euros por debajo de esa necesidad. Pero donde surgen los problemas, se ponen en marcha las ideas. Duralex salió del pozo gracias a los trabajadores en 2024 y en 2025 tuvieron la esperanza de salir de sus problemas gracias a muchos de sus clientes.
El objetivo de la compañía era conseguir esos cinco millones de euros a través de una campaña de crowdfunding en Francia, dirigida a todos aquellos que pudieran ayudar a que la compañía reflotara. Y dicho y hecho. En apenas unas semanas se ingresaron seis millones de euros por parte de casi 7000 personas. Con un mínimo de cien euros de aporte y con una rentabilidad del 8%, algunas aportaron, incluso, hasta 30000 euros.
Con la esperanza de poder devolver todo ese cariño, Duralex estima llegar a los 39 millones de euros de ingresos en 2030, según un plan de viabilidad que el tribunal mercantil ha aprobado y respaldado. Es por ello que el director general de la compañía ha agradecido una implicación popular sin precedentes, que muestra el compromiso de los franceses con una empresa nacional que ha sido clave desde hace varias décadas.
