David Mayoral, con tres goles marcados en los cinco partidos disputados por el Promesas, fue el jugador más destacado de las categorías inferiores del Real Valladolid

Reza el dicho que el éxito tiene muchos padres, y en el caso del Real Valladolid Promesas así es. Múltiples son los factores que le han llevado hasta su actual situación –es quinto–, mientras que los responsables son también diversos. Con cuatro victorias y un empate en los cinco partidos disputados durante el mes de noviembre, el filial ha alcanzado un punto álgido en el que ha tenido mucho que ver el actual momento de forma de David Mayoral.
El atacante abulense comenzó la temporada debutando con el primer equipo. En su vuelta a su lugar natural, fue rotando entre la punta del ataque y el extremo derecho, en el que se ha terminado por asentar tras la definitiva entrada de Iván Martín en el once tipo. Desde esta posición, próxima a la cal, se lanza a zonas intermedias como a él le gusta, galopando.
Veloz y potente, condiciones que explota desde ese costado, no es solo un futbolista vertical: también es móvil, capaz de aparecer en otras zonas del campo, y aunque luce sobre todo transitando, en estático no se anula; la toca y se va –sobre todo– o busca un regate ‘en seco’.
A sus diecinueve años, en su primer curso como sénior, ha madurado y ha crecido tanto en cuanto a capacidad de decidir como en participación. Así, ya no da imagen solo de revulsivo, sino que también es capaz de mantener una alta actividad saliendo como titular, algo que solo ha dejado de hacer ante el Real Club Celta B (Coruxo al margen).
Durante el pasado mes de noviembre, ‘El Jabalí’ –como le conocen dentro de la familia– marcó tres goles en cinco partidos y generó un buen número de oportunidades más, convirtiéndose en la otra mitad del ‘Dúo Sacapuntos’, ese que forma con Higinio y que tanto brillo está dando a nivel de resultados al filial. No es por menos, así pues, que, todo uno, deba ser considerado el canterano más brillante en ese periodo de tiempo.
