Los goles de Raúl de Tomás, Jaime Mata y Joan Jordán sirvieron al Pucela para conseguir el primer triunfo liguero en tierras almerienses

Nunca es tarde si la dicha es buena. El Real Valladolid tardó diez partidos ligueros en conseguir sumar por primera vez los tres puntos en Almería, pero lo hizo de la mejor manera posible; con una contundente victoria por cero goles a tres.
Los enfrentamientos entre castellanos y andaluces no han sido muy numerosos a lo largo de la historia de ambos conjuntos y, menos mal, pues la UD Almería es un rival muy duro para los pucelanos.
En los veinte choques precedentes al de este domingo, los blanquivioletas solo han conseguido cinco victorias por seis rojiblancas y nueve empates.
Por si fuese poco, en los anteriores diez partidos disputados entre ambos, el Pucela solo había conseguido los tres puntos en una ocasión y, por su puesto, fue en Zorrilla. La victoria del Real Valladolid se da por supuesta en casa porque los blanquivioletas no habían conseguido ganar nunca en competición liguera en el estadio de Los Juegos del Mediterráneo.
El –relativamente– nuevo feudo almeriense nunca había presenciado un asalto pucelano y es que el registro en el estadio de la UD Almería, fundado en 2004, era de cinco victorias locales y cuatro empates. La única victoria que ha conseguido el Real Valladolid en Almería fue en 2003, en un partido correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey y en el antiguo Estadio Municipal Juan Rojas.
Los maleficios están para romperse y eso ha hecho hoy el Real Valladolid. Con un partido serio, los pupilos de Paco Herrera han conseguido algo que no hicieron ni el Pucela de Mendilibar ni el de Djukic, ganar en Almería.
La importante victoria visitante deja al conjunto de Paco Herrera a las puertas de los play-off que vuelven a estar a un solo partido de distancia, dos puntos, y recompensa a la centena de aficionados blanquivioletas que, pese al tropiezo de la semana pasada, han mantenido intacta la esperanza en el equipo. Porque, al final, terminar con una maldición es cuestión de creer y pelear por el ascenso un gran auto de fe.
