José María Gay de Liébana inaugura el curso ‘¿Por qué el fútbol?’, que organizan conjuntamente la UEMC y El Norte de Castilla, aventurando que “la Liga morirá en un máximo de cinco años”.

La Universidad Europea Miguel de Cervantes, en colaboración con El Norte de Castilla, organiza desde este miércoles y hasta el sábado en la Villa del Libro de Urueña un curso de verano bajo el título de ‘¿Por qué el fútbol? Aspectos socioculturales, mediáticos y deportivos’, en el que la conferencia que servía para inaugurar el ciclo estival corrió a cargo del prestigioso economista José María Gay de Liébana.
Experto en economía deportiva, más concretamente en el mundo del balompié, Gay de Liébana aventuró que “la Liga morirá en un máximo de cinco años”, toda vez que, si bien los datos demuestran que continúa creciendo, más lo hace el endeudamiento de las sociedades anónimas deportivas, “una fórmula utilizada en los noventa con el fin de salvar el fútbol y que ha fracasado”.
Carlos Suárez, que acudió como invitado en representación del Real Valladolid, principal agente del sector en la provincia, fue invitado durante el turno de preguntas a poner el contrapunto a la opinión del conferenciante sobre el camino que debe seguir una entidad deportiva de las dimensiones de la blanquivioleta.
A juicio de Gay de Liébana, “el futuro del fútbol pasa porque los clubes encuentren un factor que les diferencie de sus rivales y por llenar los estadios”, algo que, en la actualidad, “están lejos de hacer, en parte porque sentado en el sofá, con el mando del televisor en la mano, el aficionado puede ver si es penalti y si ha sido o no desde muchos planos diferentes”.
Una de las soluciones propuestas durante su intervención podría pasar no solo por la rebaja del precio de las entradas, como frecuentemente se alega a la vez que se recuerda que en Alemania, por ejemplo, son mucho más económicas, sino también por fomentar un mayor apego de los aficionados al club a través de “gestos sociales que no se producen o que, si lo hacen, no trascienden; los equipos no se ganan a la gente”.
Escéptico, el máximo accionista del Real Valladolid explicó que el seguimiento guarda relación con “un sentimiento”, afirmación con la que rechazó otra de las alternativas comentadas por el economista, la de abrirse al exterior, a mercados como el asiático o el estadounidense. “Aunque nos abramos, solo los grandes equipos pueden sacar partido a eso. Nosotros vivimos de otra cosa”, espetó Suárez.

Además de “mirar al mundo” y de “salir del barrio” -metáfora que hace referencia a una visión eminentemente localista de negocio que tienen muchos clubes-, José María Gay de Liébana desmenuzó los datos globales de gastos e ingresos de los equipos de las cinco grandes ligas en los últimos años -Inglaterra, Alemania, España, Italia y Francia-, en las que se percibe que el factor trabajo consume una partida “demasiado grande y errónea”.
Carlos Suárez, cocinero antes que fraile, gestor antes que dueño, manifestó en este sentido que debe haber un equilibrio entre el dinero entrante y el saliente, en el que “un ochenta por ciento de lo que ingresas se destina a gastos y el otro veinte se guarda para posibles eventualidades que puedan surgir”, ante las que se debe actuar “teniendo siempre presente que la deuda hace inviable el club”.
“Hay que explotar la cantera y mirar a la Bundesliga”
“Hay un problema con los activos; unos tienen un valor excesivamente alto y otros no aparecen reflejados. No puede ser que en un partido entre el Real Madrid y el FC Barcelona consideremos, en términos económicos, que Cristiano Ronaldo cuesta 94 millones y Messi no vale nada porque es un jugador formado en la cantera; premiar de algún modo a los equipos que trabajan para crear jugadores y no tener que pagar esas cantidades por ellos”.
Así de tajante se mostró Gay de Liébana con respecto a los multimillonarios traspasos, otro de los problemas que han derivado en la crisis de los equipos españoles -que no del fútbol; pues la Liga no ha dejado de aumentar sus ingresos-; no por una filia, pues es periquito y no considera que Messi valga “más de quince millones” (ni nadie), sino porque esta producción sirve para abaratar costes y es, por tanto, económicamente rentable.
Dado que el modelo actual no lo es, globalmente, el profesor de Economía Financiera y Contabilidad en la Universitat de Barcelona invitó a mirar al modelo de negocio de la Bundesliga, como en cada aparición pública de similares características. “El Bayern es una sociedad anónima en la que el 82% de las acciones están en manos del club y el resto de Adidas y Audi. A Rummenigge, como presidente de la sociedad, se le ve; pero quien manda es Beckenbauer. El modelo alemán es el bonito”.
El Bayern de Múnich, ejemplo paradigmático de entidad en la que prima el savoir faire, no fue la única citada, no obstante. Gay de Liébana se refirió también al FC Barcelona como patrón de buena gestión al tratarse de un club con deudas que se encuentra en franca mejoría, a pesar del proceso judicial emprendido en contra de la anterior directiva por due diligence, así como al Arsenal inglés; a este, en su diálogo con Carlos Suárez.

Los gunners, dijo, no solo son arquetipo de conjunto que ha sabido explotar nuevos mercados, sino que son “la entidad más saneada” gracias a que saben gestionar la plantilla y han sabido mercantilizar el cambio de estadio, explotando el denominado ‘match day’.
Profundizando en esta cuestión, recordó el caso del Espanyol de Barcelona, entidad de la que fue directivo y es accionista. “Como en otras sociedades anónimas que conocemos, las elecciones no son ‘puras’, porque la candidatura no depende de los votos, sino del respaldo de los accionistas. En Alemania manda el socio; es el elemento clave. Yo soy uno de los principales accionistas del Espanyol y no pinto nada. En cambio, en el Barça, montas una oposición y puedes tener peso. El modelo ideal, el vivo reflejo del deporte, es el del club deportivo”.
