El Real Valladolid y el Deportivo de La Coruña se vieron las caras tras llegar ambos en dinámicas similares, sin haber encontrado buenas sensaciones en las últimas fechas. Para ambos era una gran oportunidad de redención, ya que los dos necesitaban sumar tres puntos para ganar confianza y seguir peleando en la parte alta de la tabla clasificatoria. Sin embargo, al final el choque acabó en reparto de puntos, con un punto clave que hizo cambiar el rumbo del partido: la expulsión de Marcos André en la segunda parte.
El primer minuto de juego parecía ser un presagio de que el Real Valladolid viviría un infierno blanquiazul en Riazor, con una jugada que evocó a los goles encajados contra el Sporting en la que Mella quiso aprovechar un balón al espacio. El atacante llegó a sacar un disparo desde dentro del área pero no vio puerta. Sin embargo, a pesar de esa acción, la realidad de la primera parte fue muy diferente. A partir de ahí el Pucela tomó el control, le quitó la pelota al Dépor y pisó mucho campo rival. La presión alta blanquivioleta – hoy de amarillo y violeta – esta vez sí surtió efecto, ya que el conjunto local apostaba por arriesgar en la zona de salida de balón.
Biuk estuvo muy activo en el primer acto, Ponceau como medio centro ejerció de director ofensivo y Stanko Juric de ‘coche escoba’. La primera buena ocasión para los de Guillermo Almada llegó tras una asociación ente Ponceau y Biuk, que filtró un buen pase al hueco a Marcos André, el brasileño disparó, pero Germán repelió el intento. El rechace le cayó a Latasa, que remató de primeras y mandó el esférico por encima del travesaño.
Los dos puntas volvieron a ser protagonistas de otra oportunidad minutos después. Latasa recuperó la posesión cerca de la portería rival, cerca de la banda derecha, y se la cedió a Marcos André. El ariete tiró a la media vuelta y atrapó sin problemas Germán esa pelota. Alejo y Peter también aportaron cosas positivas en la primera parte, de esa combinación nació un nuevo intento, Alejo desdobló, recibió el balón y se asoció con el hispano-dominicano que buscó un disparo cruzado que se acabó marchando desviado tras rebotar el cuero en un zaguero local.
Tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo – o no, esto es fútbol, pero en esta ocasión así fue -. En una pugna dentro del área entre Marcos André con Dani Barcia, el segundo agarró y acabo derribando al primero, a pesar de que no daba la sensación de que pudiera ser una ocasión demasiado peligrosa. El colegiado señaló penalti y Latasa se encargó de convertirlo con una definición perfecta, rasa, pegada al palo, y al lado contrario del que se tiró Germán. Así llegó al descanso el Real Valladolid sin pasar demasiados apuros, con una buena imagen en Riazor y la esperanza de que no cambiara nada en la segunda parte… hasta que apareció Marcos André para cambiar los planes.

El Real Valladolid, obligado a modificar el plan en inferioridad
Al poco de reanudarse el juego, el atacante del Pucela, que ya tenía una cartulina amarilla, realizó una entrada con la plancha a la altura de la rodilla del rival que le supuso la expulsión. Inmediatamente después, se notó la subida de ritmo del Deportivo de La Coruña, que olió la sangre y quiso aprovechar el contexto con el que se encontró de golpe.
Quagliata tuvo su ocasión tras un centro lateral de cabeza que se fue desviado y Mulattieri también lo intentó con un gran disparo lejano que obligó a Guilherme Fernandes a esforzarse al máximo para evitar el empate. El dominio de los de Almada pasó al bando de los de Hidalgo durante toda la segunda mitad. El Real Valladolid, en inferioridad numérica, se vio en la tesitura de modificar su forma de defender, los amarillos se metieron en capo propio y por momentos el esfuerzo defensivo ante las arremetidas del contrincante recordó al realizado en Castalia.
Los locales pusieron toda la carne en el asador, al menos en cuanto a disposición de figuras ofensivas sobre el terreno de juego, ya que no encontraron la claridad en el juego activo que en fechas anteriores demostraron. Yeremay y Alejo tuvieron un buen duelo particular en el que el vallisoletano tuvo que esforzarse al máximo y del que salió airoso en la mayoría de batallas.
Guilherme volvió a ser salvador a falta de cinco minutos. Loureiro disparó a bocajarro desde dentro del área tras un saque de banda y el luso hizo una demostración de reflejos para evitar el tanto. Almada, por cierto, no hizo el primer cambio hast el minuto 80, y en el minuto 88 realizó una doble sustitución destacable. Amath volvió a aparecer, enmascarado, después de su lesión y Javi Sánchez lo hizo por primera vez desde aquel encuentro en el que se lesionó ante el Betis, cita fatídica en la que se hizo oficial el descenso del Real Valladolid.
Se hizo fuerte el Pucela, trató de dormir el partido en los minutos finales, resistir en defensa y aguantar la pelota lo máximo posible y sin riesgos. Sin embargo, un error, el único cometido probablemente en los segundos 45 minutos, permitió al Dépor empatar en el descuento. Pablo Tomeo ganó un primer duelo a Eddahchouri, pero mientras el balón estaba en el aire y el delantero pretendía girarse, el central lo agarró del brazo. Tuvo que intervenir el VAR para concretar la pena máxima que convirtió Yeremay con un disparo potente y al centro.
Los últimos instantes fueron de ida y vuelta sin que ninguno de los dos equipos lograse ser preciso. Finalizó el encuentro con 1-1 en el marcador y sensaciones agridulces por cómo se desarrolló el partido para el Real Valladolid, que pagó muy caro dos errores individuales. El equipo ahora afronta la Copa del Rey y después, el fin de semana vuelve al José Zorrilla para medirse al Granada.
⎾1✕1⏋ ▪ FINAL DEL PARTIDO
Empate en Riazor#DéporRealValladolid @VolvoPalausa pic.twitter.com/bVWS44xNV8— Real Valladolid C.F. (@realvalladolid) October 26, 2025
