Miedo. El miedo es una sensación que atenaza. Que empequeñece. Que te roba capacidad, te hace sentir vulnerable, cercena la ilusión por el futuro. Miedo es lo primero que sintió Nachi García, fundadora de Vallkirias Pisuerga, cuando escuchó el diagnóstico, cáncer de mama. Miedo a la muerte, a perderse tiempo con su familia, a no vivir el crecimiento de sus hijos. Un temor que ha transformado en energía de cambio, en grito de libertad.
Vallkirias surgió a raíz de la operación de Nachi, que le hizo perder movilidad en la zona del pecho. “A través de un libro descubro esta modalidad de piragüismo, el Dragon Boat, que hace que fortalezcas todo el torso superior, la zona pectoral, dorsal y escapular” explica ella, tirando de recuerdos, algunos tan dolorosos que varios años después siguen haciendo que se quiebre la voz. “Cuando te encuentras mal y ves que estás imposibilitada y no puedes hacer lo que quieres, buscas herramientas para mejorar tu forma física. Empezamos en febrero de 2022, hice una reunión con ocho mujeres, les conté el proyecto y les pareció buena idea” repasa la fundadora.
Hay quien puede pensar que Vallkirias Pisuerga es solo un club deportivo. Nada más lejos de la realidad. “Ha sido un escape para todas las mujeres, un grito de libertad, decir ¡estoy viva! ¡Puedo con ello!”. Eso es Vallkirias, una asociación de mujeres que padecen y han padecido cáncer de mama; un espacio donde el miedo muta en energía, donde se rompe el tabú, donde las personas encuentran reflejos en los que inspirarse y manos siempre tendidas para vencer a la angustia.
Vallkirias, un proyecto de ayuda
Este domingo, en Zorrilla, las Vallkirias saltarán al césped para recibir un merecido homenaje coincidiendo con el 19 de octubre, día mundial en la lucha contra el cáncer de mama. Merecido porque han creado un proyecto de ayuda a través del deporte que ya aglutina a cerca de 60 mujeres quienes han superado “la timidez con la que vienen, de decir que no van a poder realizar la actividad” para encontrar “un proyecto de ayuda, ese apoyo psicológico, esa mano que das para arropar y decir: tienes compañeras que han pasado lo mismo y no tienes que asustarte ni quedarte en casa, ven y disfruta con nosotras”.
Nachi García está al frente, contagiando esa positividad, esa fuerza que no solo está en sus paladas, sino también en sus palabras. “Se trata de disfrutar, de arroparnos, de darnos fuerzas unas a otras y que cuando una tenga sus revisiones sepa que hay una mano para ayudarla” comparte, poniendo en valor, además, que “estar en el agua en contacto con la naturaleza te hace relajarte y alejarte de esos miedos que te empequeñecen, te hacen una persona sin fuerza, y eso hay que evitarlo constantemente”.
Sobre los beneficios del Dragon Boat también habla su entrenador. No es una persona cualquiera, se trata del palista vallisoletano Narciso Suárez, medallista olímpico en los juegos de Los Ángeles 1984 en la prueba de C2, diploma olímpico en Moscú 1980 y Seúl 1988, Medalla de Plata de la Real Órden del Mérito Deportivo, entrenador del equipo español de piragüismo. “Médicos canadienses ya vieron en algunas pacientes que el paleo, en el torso superior, en los brazos que habían sido operados, llevaba a mejorías enormes. Eso unido a que el barco dragón es de equipo, con tambor y timonel, con sincronización dentro y fuera de la embarcación. Todo eso fue configurando un proyecto terapéutico que se ha convertido también en deportivo y social” cuenta el deportista, quien habla del “grado de satisfacción, de bienestar, de familia y buen rollo” que se vive en Vallkirias, unas mujeres que además “son muy competitivas, tenemos la liga nacional en la categoría de cáncer de mama”.
Suárez completa, sobre el proyecto, que es “de puertas abiertas”, un mensaje que refuerza Nachi, y gracias al cual “hemos encontrado una pequeña fórmula para llevar el día a día, que en algunos casos no es fácil”. Y eso que para las mujeres supone “un salto muy importante” ya que “ninguna viene del piragüismo, la mayoría no viene del deporte profesional, por lo que no es fácil incorporarse a una dinámica de trabajo con varios entrenamientos en agua a la semana, y también en gimnasio para la mejora de la fuerza”.
Más empatía en el trato al paciente
Nachi García hoy habla de la enfermedad sin tabúes. Que nadie se piense que es cosa menor, porque el peso que arrastra la palabra cáncer sigue siendo gigante. “Es como que tienes una peste, tienes que esconderlo, no te atreves a expresarlo porque tienes tanto miedo dentro…”, y rememora que “a mí muchas personas me decían ‘pues no sabía que lo habías pasado’; lógicamente, porque tenía tanto miedo que no podía decir lo que estaba pasando porque en el momento que lo sufres estás hundido”.
Aquí reside otra de las fortalezas de Vallkirias Pisuerga, encontrar un foro donde poder hablar sin la larga sombra del miedo. “Aquí no tenemos que hablar del cáncer para nada, no es monotema. Nos metemos en el agua y nos ponemos a remar, tienes la mente en blanco, estás pendiente de lo que tienes que hacer y no piensas en nada. Cuando terminamos vamos a tomar una cervecita y ahí es momento de desahogo, si surge el tema se habla porque no es tabú, libremente cada una en el momento que lo necesita”, subraya.
“A muchas mujeres las dan quimio, radio, y cada cuerpo lo asimila de una manera, y cada persona tiene una fuerza interior, muchas mujeres tienen momentos de depresión en los que estás hundida” avanza Nachi García para anticipar lo fundamental que son las revisiones y la necesidad de empatía por parte del personal sanitario que atiende.
“Lo principal que se tiene que mejorar es la empatía, ponerte en el lugar del enfermo. Ellos están acostumbrados a ver a muchas mujeres con cáncer pero nosotras somos una cada una, con una identidad, forma de pensar y de sentir, es muy importante que te apoyen y te animen. Las cosas se pueden decir de muchas maneras, la empatía es lo más importante de un médico ante el paciente”, defiende con vehemencia.
Revisiones, para hombres y mujeres
La lucha contra el cáncer tiene muchos mecanismos. La investigación científica es uno de los baluartes, la que ha permitido que “si lo cogen a tiempo no vaya a tener ningún tipo de problema”. No obstante, no es suficiente y queda camino aún por recorrer. En España fallecen cada año cerca de 6.500 mujeres por cáncer de mama, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, una de las principales causas de muerte en mujeres. Y, en 2024, también cerca de 100 hombres. El cáncer de mama es, como recoge la Asociación Española Contra el Cáncer, el más prevalente entre las mujeres, con una estimación en 2024 de 154.368 afectadas. Según previsiones de la Sociedad Española de Oncología Médica en 2024 se habrían diagnosticado en el país más de 36.000 casos nuevos.
Por todo ello, a la investigación hay que sumar más herramientas. Factores genéticos y ambientales (modo de vida, hábitos de salud) influyen en aumentar o disminuir los porcentajes de probabilidad de padecer este tipo de enfermedad. Por ello Nachi García insiste una y otra vez: “Hay que inculcar las revisiones desde que uno es joven”.
“Es conveniente, tanto hombres como mujeres, hacerse una revisión al año. Lo hacemos solo las mujeres, luego los hombres en el fondo tienen más miedo, pero unos y otros hay que hacerlas porque si te lo cogen antes tiene más solución que si dejas pasar el tiempo” advierte, al tiempo que anima a “ir al médico para hacer las revisiones mínimas para que haya una prevención”.
Y aquí el miedo vuelve a jugar un papel relevante. Porque ese pavor a escuchar un diagnóstico desfavorable frena y aleja de las revisiones. “Nosotras vamos a las revisiones muertas de miedo, que no se reproduzca, que vaya todo bien… hay que superarlo, peor es quedarte en casa, no hacerte la revisión y que cuando vayas no tenga solución, eso es un error”, sentencia, y completa asegurando que “hay que mentalizarnos que no pasa nada, es un golpe si te dicen que lo tienes, es duro, pero será mejor antes que después”.
Sirvan de ejemplo más cifra, dentro de la enorme fotografía que es la lucha contra el cáncer. En Valladolid, el tiempo medio de espera quirúrgico en la especialidad de ginecología, en el segundo trimestre de 2025, fue de 16 días en el Clínico y de 13 en el Río Hortega. Es decir, si se coge a tiempo, se actúa rápido. Pero hay que cogerlo, y para ello son fundamentales las revisiones.
Un mensaje de optimismo
Dentro del dragón se respira paz. Flotas sobre las aguas del Pisuerga, con el sol de la tarde cayendo en el horizonte, junto a un grupo de mujeres que primero son compañeras, luego amigas, y finalmente familia. Ahí, la enfermedad solo está presente para los nuevos, y en detalles a priori pequeños, como elegir el lado hacia el que remas en función del pecho afectado.
Las conversaciones son otras. La belleza del entorno, privilegiado, en cualquier estación del año (porque sí, también se navega en invierno). O, triste y sorprendentemente, la falta de civismo de unos pocos innombrables que se dedican a escupir o tirar objetos desde los puentes al paso de las embarcaciones.
De vuelta a tierra firme, en ese embarcadero que lleva precisamente el nombre de Narciso Suárez y que es puerto para los dragones de las Vallkirias, Nachi García se despide con mensajes muy contundentes. El primero, para esas personas que acaban de recibir el feroz diagnóstico, a quienes recuerda que “aquí estamos para esperarla, ayudarla y recordarla que la vida no se termina, hay que luchar, cuando te toca esta piedra en el camino hay que retirarla y seguir para adelante porque va a salir”.
El último, y aunque pueda parecer paradójico, de agradecimiento al proceso. Porque de la enfermedad, afirma sin dudar, “he sacado todo valioso”. El final de estas líneas, el primero de los aplausos que el domingo ovacionarán desde la grada de Zorrilla, empieza aquí: “Si no llego a tener cáncer no descubro esto, conocer a tantas mujeres y sentir que las estoy ayudando, para mí es un subidón. Es ver cómo vinieron, tristes y con miedo, y cómo están ahora. Somos una familia, estamos para apoyarnos, y las ves contentas… que es de lo que se trata en esta vida, ser feliz aunque sea con estas pequeñas cosas que son muy importantes”.
