Dice Sabina: “Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Es cierto que Jose Arnaiz no ha decidido por sí mismo querer volver al José Zorrilla, aunque haya felicidad en su mirada atrás. Y, sabiendo esto, lo cierto es que es una de las caras más conocidas y especiales de las que sonarán a los aficionados del Real Valladolid. El reencuentro será especial, sin duda, para el que fuera futbolista del equipo, en medio del recuerdo de la que una vez fuera su casa. Una versión de sí mismo que, aunque parezca lejana, seguirá vibrando cuando salte al césped y vea el blanquivioleta de la grada.
Nacido en Talavera de la Reina en abril de 1995, el extremo pasó por el Antes de ser un activo en el Barça, una promesa en Butarque o el revulsivo actual en El Sadar, ya fue una de las grandes ilusiones surgidas en un Valladolid que buscaba una identidad y un marco competitivo que le permitiera brillar. Y vaya si lo hizo. De ser un desconocido del UD Talavera a llegar al Valladolid para irse rumbo a Barcelona en el verano de 2017 siendo una de las piezas más queridas, apreciadas y brillantes del equipo esa misma campaña. Como blanquivioleta, marcó 34 goles y dio ocho asistencias en sus 42 partidos jugados.
Hoy, como rojillo, Arnaiz ya es un jugador muy distinto. Su paseo por el fútbol ha ido forjando lo que es hoy en Osasuna, al amparo de unos colores que lo han acogido con los brazos abiertos. Con 30 años recién cumplidos, Arnáiz ya no es ese jugador capaz de romper partidos, pero sí un futbolista veterano con nivel para aportar al colectivo y aprender a ser un futbolista útil en los márgenes. Aunque no ha sido una etapa especialmente llamativa en números, su recorrido en Osasuna sí le ve como un jugador importante a nivel colectivo. Son 57 los encuentros que ha vivido ya con Osasuna, a pesar de que este año no esté siendo tan bueno a nivel individual.
En la 2024/2025, el atacante ha sido capaz ya de jugar trece partidos, doce en LaLiga y solo uno de Copa del Rey. Un momento en su carrera que, de alguna manera, le está sirviendo para adaptarse a este nuevo rol, en la que es su peor temporada en minutos desde su llegada a Pamplona. Justo antes de disputar la jornada 32 ante su ex equipo, Arnáiz lleva solo 196 minutos jugados con el rojillo de Osasuna, habiendo marcado, además, un solo gol en lo que llevamos de temporada. Sin demasiadas esperanzas de que pueda aparecer durante los noventa minutos de juego, la realidad es que la vuelta a casa de José Arnáiz tiene un aroma agridulce.
El largo viaje de Jose Arnaiz
Aunque será especial para el atacante de Talavera, lo cierto es que son ya muchos los años alejado de Valladolid y su estadio. Entre medias, varios ascensos y descensos por parte de ambos, con etapas felices y otras más complejas. En este tramo, Jose Arnaiz ha sido capaz de brillar con el Barça, ser esencial para el Leganés y aprender a soltar importancia en Osasuna. Su llegada al Barça, en 2017, fue en medio de una necesidad clara del equipo culé para reforzar su cantera, aunque llegó, incluso, a tener presencia en varios partidos con el primer equipo en la 2017/18, con cuatro partidos de Copa del Rey (marcando dos goles) y uno en LaLiga (ante el Levante, sustituyendo a Sergi Roberto).
Pero fue en el Leganés donde supo encontrar su sitio. En la localidad madrileña encontró un hueco importante en el que demostrar su calidad ofensiva y su hambre. Jugador con capacidad para sumar en cualquier zona del ataque, con el Lega logró jugar 133 partidos, marcando un total de 22 goles y regalando cuatro asistencias en su etapa en Butarque. Nada mal para los casi 9000 minutos disputados con la camiseta del Leganés en sus cinco temporadas allí. Hoy, con Osasuna, volverá a ese lugar donde fue feliz, donde despegó y donde logró demostrar su calidad.
 
			