Como una película de terror. Así se puede definir la temporada del Real Valladolid, por fin terminada, pensarán tanto sus aficionados como incluso en el mismo Zorrilla. A la espera de que los nuevos propietarios hagan acto de presencia, el largo adiós a la Primera División se espera que deje atrás un buen puñado de víctimas al más puro estilo ‘Destino final’, título de una serie que ha tenido, en el caso blanquivioleta, tres descensos en forma de capítulos a cada cual más duro, pues si lo fueron los anteriores, el vivido en esta ocasión parece irreproducible.
Podría decirse, incluso, inenarrable, si no fuera porque son muchos los aspectos negativos que se pueden contar. El último vino propiciado por el 3-0 en Leganés, que provocó que el Real Valladolid se vaya a Segunda siendo el peor equipo en una vuelta, al sumar un empate y dieciocho derrotas en la segunda mitad de campeonato. La igualada, cabe recordar, fue ante Las Palmas, que acabó con diez aquel envite y que es el siguiente equipo en la clasificación… con 32 puntos, el doble de los totalizados por el conjunto blanquivioleta.
Récords de derrotas
Superando al Córdoba de la temporada 2014/15, que había obtenido dos puntos, ha completado una de esas escenas de terror al más puro estilo Stephen King y que hace meses a su afición le habría parecido así, fruto de una ficción, incluso con los indicativos que podía haber fruto del mercado del pesado verano. No en vano, nadie había perdido treinta partidos en una misma temporada en la máxima categoría; ni siquiera aquel Sporting de la 1997/98 que bajó con solamente trece unidades: perdió en veintinueve ocasiones.

A este récord cabe sumarle otros relacionados con las derrotas, puesto que tampoco nadie había perdido tanto tan seguido. El plantel comandado por Álvaro Rubio cayó doce veces seguidas, desde la jornada 27 hasta la definitiva 38, doblando el máximo histórico del club, que databa de los años 50 del siglo pasado y superando las once de Las Palmas en la temporada que cambió aquella década por la de los 60. Terror, pánico, pavor o simplemente desastre: elijan el epíteto que ustedes quieran poner.
Una abismal diferencia de goles
Rizando el rizo, este Real Valladolid ha encajado noventa goles y ha marcado solo veintiséis. El último Cádiz, el que bajó la pasada campaña, hizo la misma cifra de tantos, mientras que la UD Las Palmas y el Málaga acabaron la 2017/18 con veinticuatro y el Córdoba la 2014/15 con veintidós. Podría, por lo tanto, ser peor, aunque obtener el cuarto peor guarismo del siglo no es que deje en buen lugar a la plantilla perpetrada por Paulo André y Domingo Catoira.
La endeblez en las áreas se ha hecho manifiesta hasta la última jornada, con errores recurrentes y lastimeros que han abierto un boquete que ni el mencionado Real Sporting vivió, pues aquel equipo alcanzó los 31 tantos y ‘solo’ recibió ochenta. Así, en lo que va de siglo, solamente Club Atlético Osasuna recibió más de los noventa goles encajados por el Pucela; concretamente, 94 en la 2016/17. A cambio, marcó cuarenta, lo que reduce el hándicap a -54, por los -49 del Sporting de Gijón y los -64 de los blanquivioletas.
Y tras el terror, las dudas
Completada la peor temporada de la historia del Real Valladolid, es de esperar y suponer que los nuevos dueños traigan innumerables cambios, a fin de dejar atrás una serie de acontecimientos que frustran y duelen, aunque el final, con el descenso con cinco jornadas por delante y otra vez como colista sesenta años después, hiciera que pareciera otra cosa, habida cuenta de la inacción y de la falta de reacción vistas. Mientras no se comuniquen las necesarias decisiones, será el Pucela un mar de dudas después de un terror que, al fin, acabó.
 
			