El verano le trae otro montón de dudas a un Stipe Biuk que volverá a la disciplina blanquivioleta con más incógnitas de las que tenía cuando salió, hace un año, en dirección a Split. El extremo zurdo croata fichado por el Real Valladolid en 2023, entra de lleno en esa categoría de jugadores a los que parece siempre faltarles algo. Su regreso al club tras su cesión en el Hajduk Split abre una duda importante de cara a la nueva planificación del equipo para la temporada 25/26, pues es coherente preguntarse si podrá el joven talento de Croacia ser una pieza útil en Segunda División con el Valladolid.
Biuk llegó al Real Valladolid como una gran apuesta para el proyecto post-descenso. Internacional Sub-21 con Croacia y formado en una de las canteras más prestigiosas del país, la del Hajduk. Su experiencia en la MLS con Los Angeles FC y sobre todo la apuesta que supuso para los yankees generó expectativas sobre el nivel que era capaz de alcanzar a lo largo de su carrera.
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Garra croata para nuestra delantera.
Dobrodošli!
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Sin embargo, el impacto fue limitado en un Valladolid que apenas le dio bola. En la primera mitad de la temporada apenas sumó minutos y quedó por detrás en la rotación, con compañeros que empezaron a contar mucho más para Paulo Pezzolano, que nunca acabó de encontrar la confianza en el extremo. Biuk nunca logró asentarse ni física ni mentalmente en el equipo. Aunque sí parecía tener mimbres para crecer, nunca acabó de enseñar una calidad diferencial.
Las primeras dudas y la cesión a Split de Stipe Biuk
En septiembre de 2024, el club optó por una cesión al Hajduk Split con la intención de que encontrase continuidad y confianza en su entorno natural. El jugador se había formado allí y reconectar con esa realidad podía potenciar un talento que parecía existir. La operación se entendía así desde el Pucela: Stipe Biuk podía volver a casa, recuperar sensaciones positivas, ser importante allí y sumar argumentos para que el Pucela apostara por él en la 25/26. Pero lo cierto es que la experiencia tampoco resultó como se esperaba.

En la Liga HNL de Croacia, Stipe Biuk solo logró disputar 1000 minutos en los 20 partidos disputados con el Hajduk Split, solo 13 como titular. Pocos minutos para lo esperado y, sobre todo, poco productivos, pues en toda su etapa en Croacia, apenas logró marcar dos goles y dar una asistencia. Números pobres para un atacante de desborde y llegada, de mucha presencia ofensiva y del que se esperaba dar un salto diferencial al llegar a Croacia.
Y, a pesar de todo, parece que su poca presencia respondía a algo más que a un mal rendimiento. Fue protagonista de varias suplencias inexplicables desde la llegada de Gennaro Gattuso al banquillo del Hadjuk Split, un técnico de personalidad volcánica que nunca terminó de confiar en su capacidad y que las tuvo de todos los colores en su etapa en Croacia (que finalizó hace pocos días por decisión unilateral del exfutbolista italiano) con prensa, directiva e incluso afición.
Siendo Gattuso un técnico algo excéntrico, su estilo de juego como entrenador exige una implicación táctica constante de todos sus futbolistas, así como una disciplina defensiva y agresividad en el uno contra uno que a Biuk parecía venirle grande. El extremo, más intuitivo, más técnico y volcado al juego de espacios, no terminó de encajar en la idea del técnico italiano. El Hajduk Split acabó segundo en la HNL, bastante más lejos de lo deseado del eterno rival local, el Dinamo Zagreb, y el paso del joven extremo por el club se cerró sin demasiado ruido en las filas del arlequinado.
Vuelta a Valladolid sin certezas
Así es como vuelve Stipe Biuk a un Real Valladolid también convulso en sus últimos meses, con un descenso durísimo y una inestabilidad institucional pendiente de la firma del CSD. Aunque con un año más de experiencia y con minutos disputados en Croacia, las dudas con su talento y su capacidad no se han despejado. Algunas de las preguntas que lo rodeaban cuando aterrizó por primera vez siguen sin ser contestadas y el tiempo se acaba.
El talento, desde luego, parece tenerlo. Stipe Biuk es un jugador eléctrico, de buena conducción, con capacidad para arrancar desde banda izquierda y recortar hacia dentro y con cierta facilidad para aparecer en el área rival. Aun así, se ve claramente que también es un futbolista irregular del que todavía no se ha visto un año mayúsculo. Su toma de decisiones es mejorable y su aportación sin balón sigue siendo bastante limitada, así como su implicación defensiva, algo que le cuesta de manera clara.
 Si bien es cierto que en una categoría como LaLiga Hypermotion tiene la oportunidad para mostrarse con más facilidad, lo que estará en juego y los rivales que tendrá el Pucela para estar en la zona alta limitan el margen de error. En Segunda División cada partido se juega con los dientes apretados y eso puede marcar la diferencia entre ser útil o quedarse fuera.
Si bien es cierto que en una categoría como LaLiga Hypermotion tiene la oportunidad para mostrarse con más facilidad, lo que estará en juego y los rivales que tendrá el Pucela para estar en la zona alta limitan el margen de error. En Segunda División cada partido se juega con los dientes apretados y eso puede marcar la diferencia entre ser útil o quedarse fuera.
Quien tome las riendas de este nuevo Real Valladolid 25/26 deberá decidir si apuesta por Stipe Biuk o si se ha acabado la paciencia para medir su techo y capacidad. Ante esa realidad, la duda estaría entre buscar una nueva cesión o plantear una posible venta, aunque lo cierto es que, por el momento, el extremo sigue siendo una promesa que no ha terminado de florecer.
En un contexto adecuado, con confianza y espacio para explotar sus virtudes, Stipe Biuk podría ser una pieza diferencial, pero para eso hace falta que el cuerpo técnico crea en él, le encuentre un lugar en el sistema y, sobre todo, que el jugador dé un paso adelante en compromiso. El tiempo ya empieza a correr en su contra, aunque la Segunda División puede ser una buena oportunidad para reencontrarse, si es que está dispuesto a dar mucho más de lo que ha ofrecido hasta ahora en España y en Croacia.
 
			