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FC Andorra 2024/25: así le fue al futuro rival del Pucela

Piqué vuelve a tener a su equipo en la categoría de plata del fútbol nacional con la idea de poder defender su plaza en el futuro

por Miguel Ruiz
29 de junio de 2025
Ascenso Andorra

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El FC Andorra afrontó la temporada 2024/25 como una misión en la que regresar a Segunda División era innegociable. La idea de volver cuanto antes tras un descenso inesperado y doloroso llevaron a los andorranos a lograrlo, no sin antes superar a la Ponferradina a través de un duro playoff. El Andorra lo hizo con un proyecto continuista en lo institucional, con la figura de Gerard Piqué aún presente en la dirección, pero con muchos cambios en lo deportivo.

Eder Sarabia no siguió en el banquillo tras la caída a Primera Federación (con el Elche se despidió de Segunda y ascendió a LaLiga) y el club apostó por un perfil distinto, más pragmático, que dio con el perfil de Ferran Costa, un joven técnico con recorrido en el Manresa y el Badalona Futur, que asumió el reto con un discurso menos ortodoxo y más centrado en adaptar la idea al contexto de la Primera Federación.

Desde el inicio, Costa apostó por un equipo ordenado en un 1-4-2-3-1, menos arriesgado con balón, pero igual de ambicioso en la presión tras pérdida. Y es cierto que el Andorra perdió algo de la identidad asociativa que lo hizo destacar y ser reconocido respecto a etapas anteriores, aunque lo hizo, en principio, para ganar en equilibrio en una categoría muy complicada.

Un cambio vital para el Andorra

A pesar de esa buena intención en cuando a la adaptación del Andorra a la nueva categoría, el equipo transitaba de manera peligrosa por la media tabla, alejado del objetivo principal de una campaña en la que se apostó por los cambios para evitar sustos, pero en la que quedaba clara la voluntad de volver con celeridad a Segunda. La derrota ante el Bilbao Athletic (penúltimo antes de esa cita) precipitó la salida de Ferran Costa y la llegada de Beto Company.

Beto Company Andorra

Con el entrenador valenciano el paso adelante fue evidente, aunque en sus primeras dos citas no lograra más que un punto. Sin mover el 1-4-2-3-1, pero variándolo por tramos al 1-4-4-2 y al 1-4-3-3 para adaptarse a las necesidades, Company dio con la tecla para sacar lo mejor de los jugadores y asumir el reto de llegar a disputar el ascenso.

En solo cinco citas, el Andorra se había pegado a la zona de play-off, reduciendo la distancia de cinco puntos a solo uno, amenazando con claridad a un Arenteiro que empezó a ver peligrar sus opciones. De las últimas diez jornadas, el Andorra estuvo dentro del playoff en nueve. Junto a Ponfe, Nàstic y Ponferradina, se la jugaría para ser equipo de Segunda División.

El play-off como vía para el objetivo

El FC Andorra llegó al playoff de ascenso a Segunda División con una dinámica sólida, sustentada en una segunda vuelta sorprendente y en la madurez que se había logrado a nivel táctico. Esa estructura que había ido desarrollando bajo la dirección de Beto Company les dio el camino para competir hasta la jornada 38 y el paso final pasaría por ganar, primero al Ibiza, y más tarde a un duro rival como la Ponferradina.

El técnico valenciano, que había asumido el banquillo en el tramo final tras la salida de Ferran Costa, no tocó demasiado la estructura, pero sí matizó algunos aspectos clave, dando más libertad a los jugadores de ataque, adelantando líneas en ciertos momentos y reforzando mentalmente al grupo en una fase de máxima exigencia. Si contra el Ibiza la superioridad se mantuvo en ambos duelos, contra la Ponferradina, uno de los rivales más difíciles del cuadro, el Andorra supo competir desde la inteligencia.

En la ida, la Oonfe se adelantó (Borja Valle), a pesar de todo, en una primera parte en la que pareció que el Andorra dominaba con claridad. El premio llegaría en la segunda mitad, por mediación de Mario Nieto. A pesar de esa buena lectura, ir a El Toralín sin ventaja lograda en casa iba a ser un reto durísimo que Piqué se ofreció a reducir, pagando el viaje de todo aquel que quisiera animar a su equipo en Ponferrada.

Ascenso Andorra

En el partido de vuelta, Company reforzó la idea de una defensa firme, ritmo pausado con balón y ataques bien elegidos. El gol logrado por Lautaro de León en el minuto 56 desató la alegría, pero obligaba a no perder la visión. El equipo mostró jerarquía sin necesidad de dominar desde la posesión, y supo manejar los momentos del partido como un equipo hecho.

Esa madurez, sumada al empuje de un bloque convencido y la falta de puntería de los bercianos acabó siendo determinante. El ascenso fue, en buena medida, una cuestión de convicción colectiva y de saber competir cuando el margen de error era mínimo para poder meterse entre los elegidos. El Andorra vuelve a Segunda con los deberes bien hechos y con la firme voluntad de no perder el paso en la categoría de plata.

Rendimiento notorio de un punto al otro del campo

Entre tantas pequeñas historias que tejieron el ascenso del FC Andorra, pocas simbolizan mejor el crecimiento y la evolución del equipo que la de Marc ‘Bomba’ Bombardó. El central de Cerdanyola, formado en la cantera base del club andorrano tras pasar por el Manresa, empezó a contar para Ferran Costa y fue clave para la defensa de Company en el tramo final. El jugador de 19 años completó 26 partidos en la 2024/25, 25 de ellos como titular desde el inicio, aportando solidez, salida limpia y serenidad en el área propia. Su temporada fue tan convincente que el club no tardó en renovarlo hasta 2027, adelantándose a las posibles intenciones de clubes que hubieran observado su crecimiento.

En la otra punta del campo, la historia fue distinta, pero también clave, pues más allá del gol final de Lautaro de León, el ascenso no se entiende sin su buen hacer. El uruguayo de 24 años, salido de la cantera del Celta Fortuna, se convirtió en el recurso ofensivo más decisivo del equipo, sobre todo en la recta final. El delantero, que fue entrando poco a poco en dinámica de titular, acabó firmando doce goles en la liga regular y, sobre todo, dejando una firma imborrable en el play-off, marcando tres tantos claves para seguir soñando. Además, su tanto en El Toralín, en la vuelta contra la Ponfe, selló la remontada y el regreso del Andorra a Segunda.

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