El central resta importancia al modelo de juego, no obstante, debido a que cree que si el Real Valladolid asciende “nadie se acordará de si jugó bonito o feo”
El Real Valladolid volvió a ejercitarse este miércoles, y lo hizo en el estadio José Zorrilla a puerta cerrada en una sesión de la que se ausentó Guitián, igual que ayer martes, por mor de unos problemas físicos. Luis César Sampedro siguió haciendo hincapié durante el ejercicio en la necesidad de extremar las cautelas defensivas y, a poder ser, de dejar la puerta a cero, como confirmaría posteriormente Deivid en sala de prensa.
El central canario, que abrió la cuenta goleadora contra el Real Oviedo, reconoció la “doble alegría” provocada por este partido, debido a su tanto y a la posterior victoria, necesitada por el equipo después de una mala racha y de ser los primeros en encajar en varios choques recientes. Confesó, como no podía ser de otra forma, que “recibir tantos goles antes del minuto quince lastra”, por más que a nivel de juego, por lo menos a su juicio, se ha demostrado que “afecta poco”, debido a la reacción que ha habido en varias ocasiones a ese gol recibido.
El hecho de replegar velas después de ponerse por delante sorprendió, aunque no fue improvisado. “Durante la semana” Luis César había hecho ver que los carbayones iban a presionar su salida tres contra tres, por lo que el gol dio alas a los blanquivioletas “para cederles la manija”. De esa forma el central se sintió cómodo, porque “para un defensa es mejor defender arropado que a muchos metros”, aunque no sirvió esto como crítica, sino como defensa de otra forma de jugar. “Dimos un paso adelante adaptándonos al rival y a las circunstancias del partido”, arguyó.
El debate en las últimas semanas ha sido prolijo, como si de repente nada valiera, aunque el vestuario, o al menos Deivid, tiene claro que lo acontecido tiene que ver “con la manera de jugar”. “Llevamos así desde el primer día; cuando no tienes el día y te cogen abierto te hacen más daño, pero también trabajamos para contrarrestarlo. Cuando el delantero va en carrera con campo abierto a la espalda de la defensa es más difícil defender, pero el sistema nos da más de lo que nos quita“, considera.
Justamente a eso que daña al Real Valladolid juega el Cádiz, el próximo rival al que debe enfrentarse por lo que se sigue trabajando en neutralizar los errores que se puedan cometer en la forma de defender. “Tienen extremos rápidos, llevan varios años con el mismo entrenador y lo tienen clarísimo: su juego se basa en estar juntitos, robar y salir“, explicó el canario, que emplaza a estar “pendientes de los contragolpes, de la espalda de los laterales y de las vigilancias”.
Deivid, como sus compañeros, tiene “muy claro” que no deben tener que meter tres goles siempre para ganar, si bien habla de un trabajo colectivo que se antoja necesario para mantener la portería a cero, algo “fundamental para estar arriba” y que, aunque poco repetido, no deja de tener al Pucela a tres puntos del ascenso directo, como él mismo recordó.
A la hora de evaluar la belleza (o su ausencia) en el juego, se refirió a este objetivo de manera clara. “Si ascendemos, nadie se acordará si jugamos bonito o feo”, dijo, después de poner en la misma balanza el “tener el balón todo el rato y atacar, y atacar, y atacar” como semanas atrás y esa otra manera expuesta contra el Oviedo, “defender, bascular y trabajar mucho”. Al final, tiró de resultadismo: “Lo que marcan son los resultados”, concluyó.