El lateral izquierdo de la cantera debutó con el primer equipo del Real Valladolid con un buen desempeño. Renovado recientemente hasta 2022, cuenta con la plena confianza de la dirección deportiva

Roberto Corral era este jueves el fiel reflejo de que un amistoso puede suponer mucho más. El lateral izquierdo debutó con el primer equipo del Real Valladolid en La Nueva Balastera; como diría más tarde en sus redes sociales, con el equipo de su vida, aquel en el que recaló siendo apenas un niño procedente de la UD Sur. En aquellos tiempos, hace una década, era ya una parte de lo que es ahora: un futbolista entregado, incansable en su costado y, sin lugar a dudas, blanquivioleta hasta la médula.
A punto de cumplir los veintidós años, y después de una actividad creciente en el Promesas, con el que podrá alcanzar el centenar de partidos esta campaña, fue ese carrilero zurdo bregador, entregado y afanado en el sube-baja, que apura línea de fondo y retorna a su posición que tantas veces se ha visto en Los Anexos. La banda del estadio palentino quedará guardada en su retina como la primera en la que galopó como jugador de una élite que nunca ha tenido sencillo alcanzar.
Hace no tanto, su ímpetu era interpretado como motivo de desorden, como algo que debía ser contenido, como un revulsivo incluso, a pie cambiado también. Pero él ha sabido esperar, ganarse poco a poco un hueco que la dirección deportiva le guarda en sus pensamientos.
Porque su estreno no ha sido azaroso, la simple muestra de que en la cabeza de Sergio González estaba el que descansaran otros. La pasada campaña formó parte de una convocatoria copera, en la eliminatoria frente al Mallorca, si bien no se llegó a estrenar. Antes, hace año y medio, Miguel Ángel Gómez habló de él como alguien en el proceso de formación que siguieron Calero, Toni o Anuar, excompañeros suyos en el filial. Seguramente en el ceutí es en quien más puede verse, puesto que los dedos siempre les señalaron menos que a los otros dos canteranos, lo que no ha sido razón para obviar el buen rendimiento del mediocentro con el primer plantel y el buen hacer y crecimiento del lateral en los dos últimos años, forjado sobre un temple mayor.
Nunca de ellos se destacó tanto el talento como de los otros dos, y sin embargo, en su última renovación, hasta 2022, se incluyó la posibilidad de que Corral pueda alcanzar el primer equipo y seguir así la senda caminada por los otros tres. Lo cruce o no, habrá sido por la constancia y el orgullo con el que defiende los colores blanco y violeta, dos rasgos que no convierten al aficionado en profesional, aunque cuando existen aproximan al futbolista al profesionalismo y ayudan a disipar dudas. Las que hubo en torno a Anuar se disiparon en parte debido a su honestidad, compartida con un lateral vertical, potente, que ha ido secando las lagunas defensivas que podía tener hasta convertirse en fiable. En el espejo del ceutí se puede ver: solo el sacrificio vale para llegar a la ansiada meta.
Solo dos laterales específicos
La confianza que tienen en las oficinas en Nacho Martínez y en Roberto Corral se ha traducido en que son, a una y dos semanas de que sus conjuntos se estrenen en liga, en los únicos laterales izquierdos específicos del primer y el segundo equipo. La resistencia probada el pasado año, en el que el madrileño disputó 35 partidos y el vallisoletano 36, es una garantía allí donde alguno puede ver anomalía. A día de hoy, y en caso de coyuntura o de eventualidad, Fede Barba y Raúl Navarro o Diego Alende podrían actuar en la posición, a falta de quizás algún retoque antes del cierre de mercado.
No obstante, y a pesar de la volatilidad de este periodo, podría no darse el caso, pues por la confianza depositada en ellos salió Moi y llegó Barba, y por lo mismo fue cedido Nieto al Don Benito: el lateral izquierdo es propiedad de Nacho y, en Los Anexos, de Corral, quien seguirá honrando al escudo del club de su vida y buscando que más miradas se depositen en él. Gracias a su buen partido contra el Sporting habrá ganado credibilidad. Quién sabe si para sustituir o disputar algún día el puesto de quien se lo prestó en La Nueva Balastera.
